Martes 30 de abril de 2024

El clero argentino renovó sus promesas en la Misas Crismales

  • 1 de abril, 2024
  • Buenos Aires (AICA)
En cada jurisdicción eclesiástica, los presbíteros fueron alentados por los obispos a seguir ejerciendo su ministerio con la fuerza de la oración, la humildad y el compromiso con el Pueblo de Dios.
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Los obispos de la Argentina pidieron a sus respectivos cleros seguir transitando un camino de escucha, de sinodalidad, humildad y compromiso, con una actitud de servicio permanente al prójimo y ejerciendo el ministerio con la fuerza de la oración y cuidado permanente del Pueblo de Dios. 

Buenos Aires: ‘Como sacerdotes abrasados por el deseo de llevar el Evangelio a las calles del mundo’
El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, monseñor Jorge García Cuerva, pidió a los presbíteros “estar cerca de la gente, encontrarnos con todos desde nuestra propia fragilidad, no como maestros de la ley que juzgan y atan pesadas cargas, sino, como dice Francisco, como sacerdotes abrasados por el deseo de llevar el Evangelio a las calles del mundo, a los barrios, a los hogares, especialmente a los lugares más pobres y olvidados”, propuso.

“Ungidos por la mirada de Jesús, que nuestra mirada sea reflejo de la misericordia de Jesús, que sigue eligiendo a los pecadores y a los descartables de nuestra sociedad. Que nuestras pupilas se ensanchen en la noche, para descubrir a quienes viven en la oscuridad del pecado, en las tinieblas de la tristeza y la desesperanza. Que nuestra vista sea límpida, transparente, sin prejuicios; que vea a la distancia, y así, sepa de los alejados y de los que no están”, puntualizó. »Texto completo de la homilía

Mar del Plata: ‘Recordar la gracia de que nosotros hemos sido ‘«rezados»
El administrador apostólico de Mar del Plata, monseñor Ernesto Giobando SJ, pidió “detenerse en la oración sacerdotal de Jesús, elevada al Padre en el contexto de la institución de la Eucaristía, en el huerto de Getsemaní y en la cruz. Como nos enseña el Papa Francisco, es la oración pascual del Señor por nosotros”.

Además, pidió a los sacerdotes “recordar la gracia de que nosotros no solamente rezamos, sino que, por así decir, hemos sido ‘rezados’, ya somos acogidos en el diálogo de Jesús con el Padre, en la comunión del Espíritu Santo”. »Texto completo de la homilía

Obispado Castrense: ‘Renovar las promesas en clave de conversión y disponibilidad’
Monseñor Santiago Olivera, obispo Castrense, bendijo los santos oleos y manifestó que “hemos sido ungidos, -lo sabemos- para sanar, vendar, acompañar y para hablar con coraje y valentía. La verdad muchas veces nos duele, pero nos hace libres. Jesús vino a sanarnos, vendarnos y curarnos. Esto es motivo de profundo gozo”, continuó.

“Los invito hoy, y lógico también me sumo, a renovar las promesas sacerdotales en clave de conversión y disponibilidad para poder ser santos sacerdotes. Pastores con verdadero ardor evangélico, que no nos pueda la función, ni las adversidades, ni los miedos, ni los años”. »Texto completo de la homilía

Nueve de Julio: ‘La oración reafirma la comunión y reaviva la misión’
El obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi, señaló que la “oración y la vida espiritual toda consiste en entrar en nuestro interior y allí, en el encuentro con el Señor, se gesta el movimiento de salida a la vida, a la donación, el servicio y la misión”.

“Hay un movimiento interior que constituye la clave e indicio de una vida espiritual creciente, que va madurando y es -digámoslo así- un ‘entrar’ y un ‘salir’. La oración y la vida espiritual consiste entrar en nuestro interior para ponernos en la presencia de Dios, oír su voz, contemplar la existencia desde allí y discernir su voluntad”, enfatizó.

Mercedes-Luján: ‘Señor, enséñanos a rezar’
Monseñor Jorge Scheinig, arzobispo de Mercedes-Luján, aseguró durante la celebración que “necesitamos ir a la oración, para descubrir su permanente presencia y tomar fuerza para la lucha de todos los días”.

También-dijo-“agradecidos por el testimonio de vida de nuestro pueblo, debemos rezar con perseverancia para sostener la propia fe y la del Pueblo Santo de Dios de Mercedes-Luján y la fe de nuestras comunidades.»Texto completo de la homilía

Cruz del Eje: ‘Lo que nos ha de unir es el Pueblo al que debemos servir’
El obispo de Cruz del Eje, monseñor Ricardo Araya, destacó en la homilía que “este pueblo al que servimos como sacerdotes nos ha de unir siempre: la búsqueda de la felicidad de nuestra gente. Eso es compartir la alegría del Evangelio, buscar que esta diócesis sea feliz. Si no nos mantenemos unidos la gente no podrá entender lo que decimos, no podrán acompañarnos. Juntos en las buenas y en las malas”.

“En estos tiempos difíciles de nuestra Argentina sigamos unidos en fraternidad sacramental, para que nuestro mundo crea. Descubramos la importancia de nuestra unción en este momento y los nuevos modos de ejercer el ministerio. Unidos con creatividad y compromiso, con nuevos lenguajes y nuevas presencias; para que los pobres, los ciegos, y los oprimidos de hoy sientan que Dios no abandona, que siempre acompaña”, exclamó.

Comodoro Rivadavia: ‘Cercanía con el Pueblo de Dios’
Monseñor Roberto Álvarez, actual administrador apostólico de esa diócesis fundamentó su reflexión en un mensaje que el Papa Francisco dirigió a quienes participaron en 2022 de un congreso sobre la teología fundamental del ministerio ordenado, e hizo hincapié en la palabra “cercanía”.

“El Papa dice que la primera cercanía de todo cura es con Dios. Por eso siempre tenemos que rezar para que nuestros curas tengan vida espiritual”, señaló. Mientras que- dijo- “la segunda cercanía, según Francisco, es la cercanía con el obispo y con los otros sacerdotes”. “Y por último, la cercanía con el pueblo de Dios; que, dice el Papa, recrea y cualifica las otras tres, porque un cura siempre reza por su pueblo”, enfatizó. 

Río Cuarto: ‘Anunciar el mensaje de la fe con un nuevo ímpetu y una nueva alegría’ 
El obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona FDP puso énfasis en “dos aspectos fundamentales del sacerdocio ministerial: la configuración con Cristo y el celo por la salvación de las almas”.

"Se requiere un vínculo interior, más aún, una configuración con Cristo y, con ello, la necesidad de una superación de nosotros mismos, una renuncia a aquello que es solamente nuestro, a la tan invocada autorrealización", precisó, e invitó a los sacerdotes a no preguntarse: "¿Qué gano yo?", sino más bien: "¿Qué puedo dar yo, por Él y también por los demás?".

Río Gallegos: ‘Lo esencial de la misión es el encuentro con Dios’
El obispo de Río Gallegos, monseñor Ignacio Medina, animó a los sacerdotes a dejar que el Espíritu Santo “obre libremente y nos guíe en una entrega fiel y generosa, sobre todo para aquellos que más nos necesitan". 

Además, afirmó que lo esencial de la misión es “el encuentro con Dios, la oración; que no es una cosa más, porque somos presencia de Jesucristo en medio de los hombres”. “En esa intimidad con el Señor, se refuerza el deseo de seguirlo: ‘Quien nos dio la Vida, nos enseñó también a orar’”, sostuvo, citando a san Cipriano. 

Catamarca: 'Toda vocación sacerdotal es una gracia'
Monseñor Luis Urbanc, obispo de Catamarca, destacó que la oración “para nosotros, los sacerdotes, es el oxígeno de nuestro ser y quehacer diario, no una mera práctica para ‘cuando tengo tiempo o ganas’, pues fuimos llamados para ser la presencia de Jesucristo en medio de la comunidad”.

A la luz de las lecturas bíblicas proclamadas, afirmó que “toda vocación sacerdotal es una gracia, un don que se nos regala sin derecho alguno de nuestra parte, sin mérito propio que lo motive y, menos aún, que lo justifique”. “Como elegidos y ungidos por el Señor, hoy, se nos pide también a nosotros ser portadores del mensaje de salvación que muchos intentan sofocar”. »Texto completo de la homilía

San Rafael: ‘Dar lo mejor de nosotros para el crecimiento del Reino’
El obispo de San Rafael, monseñor Carlos Domínguez OAR, explicó que “nosotros, como sacerdotes, participamos de la misma misión que el Padre encomendó a su Hijo y por eso, en cada Misa Crismal, venimos a renovar la misión; a reavivar en nuestros corazones la gracia del Espíritu de Santidad que nuestra Madre la Iglesia nos comunicó por la imposición de las manos”. 

“Ser sacerdote implica sufrimiento, porque el trabajo sacerdotal conoce fracasos. Quien es obrero del Reino más de una vez experimenta el fracaso. Y así como para la gente el límite de la sensibilidad al sufrimiento es bajo, también lo es para nosotros, los sacerdotes. El sufrimiento y el fracaso, muchas veces, se nos vuelve un misterio incomprensible”, reflexionó. »Texto completo de la homilía

Cafayate: Formar una ‘comunidad fraterna, solidaria y en comunión’
El obispo prelado de Cafayate, monseñor Darío Quintana OAR, se refirió en la homilía al don y tarea del ministerio sacerdotal y agradeció la entrega generosa, así como el servicio del clero en esa prelatura y animó a los sacerdotes a que -junto a los laicos, consagrados y diáconos- formen "una comunidad parroquial donde todos se sientan amados, valorados y participen en la misión, para que el Evangelio llegue a todas las familias, poblaciones, parajes y sectores".

El prelado animó a formar una "comunidad fraterna, solidaria y en comunión", e imploró a Dios la fidelidad en este ministerio, pidiéndoles a los sacerdotes que lo ejerzan "siendo santos y buenos pastores".

Azul: 'Somos llamados a la fraternidad sacerdotal'
El obispo de Azul, monseñor Hugo Salaberry SJ, presidió la misa crismal en la catedral y manifestó: "Estamos emparentados con el Señor. Lo hace desde el primer llamado. Cada uno de nosotros puede dar cuenta de cómo fue ese llamado que nos hizo, dónde, en qué circunstancias, desde las dudas iniciales (o no), hasta el momento decisivo de dejar todo y seguirlo".

"Somos llamados a la fraternidad sacerdotal. A recorrer los mismos caminos, a sostenernos entre todos, a acompañarnos cuando lo necesitemos, a compartir bienes naturales, sobrenaturales y materiales (de creación, de redención y de trabajo), a perdonarnos las ofensas y a perdonarnos sacramentalmente", concluyó. »Texto completo de la homilía

Rafaela: 'Reaprender a escuchar'
El obispo de Rafaela, monseñor Pedro Torres,  recordó en la homilía que, este año 2024, “es un año para escuchar, para reaprender a escuchar”. “Qué bueno dejar resonar en el corazón: ‘El Señor me ha ungido. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres y a darles el óleo de la alegría’”, continuó. 

Además, pidió que el Espíritu de la gracia y la paz “nos permita conocer a Jesús, seguir a Jesús, amarlo y hacerlo amar, al tiempo en que deseó que “esta celebración y las de Semana Santa nos renueven en la alegría”.»Texto completo de la homilía

San Francisco: 'Buscar a Jesús como aquel que está presente y se nos muestra'
Monseñor Sergio Buenanueva, obispo de San Francisco, invitó a poner la mirada en Jesús, a buscarlo “como aquel que está presente y se nos muestra, tanto en la liturgia de la Misa Crismal, como “en las ricas celebraciones pascuales que estamos a punto de iniciar”.

Refiriéndose a los óleos recordó que el de los catecúmenos “nos ayuda a escuchar todas las luchas y batallas que contienden en el corazón y marcan la vida de las personas; el óleo de los enfermos nos invita a entrar en diálogo con la fragilidad humana en todas sus expresiones, incluso con la propia fragilidad. El crisma, por su parte, nos indica que el Espíritu Santo está vivo y obrando en la vida de tantas personas buenas que, a pesar de muchas dificultades, obran el bien con paciencia, cada día”.

Santa Fe:

                               

La Plata: ‘Seguir siendo profundamente eucarísticos’
El arzobispo de La Plata, monseñor Gabriel Mestre, recordó que “en esta Eucaristía damos gracias por el don del sacerdocio ministerial que sin merecer hemos recibido para alimentar a nuestro Pueblo. Alimentarlo con la presencia sacramental del Señor que da la gracia necesaria para poder vivir el mandamiento del amor en las diversas circunstancias de la vida a lo largo del tiempo”.

“El santo Crisma nos consagra en el Bautismo y la Confirmación y, a los pastores del Pueblo, de modo eminente en la ordenación ministerial. “Somos Crismados para Crismar… Somos consagrados para consagrar nuestro Pueblo a Dios. De alguna manera, somos Cristificados para Cristificar. ¡Ese es el sentido de nuestra vida y de nuestra vocación!”, expresó. »Texto completo de la homilía

Mendoza: ‘Caminar juntos, en comunión y participación’
El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Colombo, convocó al clero a celebrar los 90 años de la creación de esa jurisdicción eclesiástica “en perspectiva vocacional y misionera, descubriendo la llamada del Señor a vivir su proyecto de amor para los hombres, un amor valiente y fiel que nos rescata y nos destina a dar mucho fruto”. 

“En el horizonte de este aniversario, queremos dar gracias por cuanto hemos vivido, conscientes de la intensidad que ha caracterizado la vida del pueblo argentino en este tiempo. Nos sentimos desafiados a seguir anunciándolo en una sociedad fuertemente secularizada, que muchas veces quiere prescindir del aporte de la Iglesia a la comunidad humana. Nos sabemos portadores de un tesoro, más allá de errores y fragilidades, y no queremos guardarnos esa riqueza sin ofrecerla y compartirla para la vida de nuestro pueblo”, planteó.»Texto completo de la homilía

Concepción: ‘El sacerdote está llamado a ser un hombre de oración’
Monseñor José Antonio Díaz, obispo de Concepción, dijo a los sacerdotes que “en el afán por ser hombres de acción, tratando de llegar a todos y resolver todos los problemas pastorales que a diario se nos presentan, nos olvidamos que somos también y ante todo hombres de oración”. 

“La oración nos construye, nos centra en lo fundamental. Es nuestro eje primordial, que nos permite el equilibrio necesario para no desbordarnos en un activismo vacío y pelagiano que pone en la voluntad y en los métodos la fuente de la eficacia pastoral. El sacerdote está llamado a ser un hombre de oración, porque la vida interior del sacerdote repercute en toda la iglesia, empezando por sus fieles”. »Texto completo de la homilía

La Rioja: ‘Vivir con humildad la autoridad propia del ministerio’
Monseñor Dante Braida, obispo de La Rioja, bendijo los oleos y señaló: “Damos gracias por el don del sacerdocio de quienes sirven en este tiempo de la Iglesia y damos gracias por todos los que nos precedieron y que sirvieron en esta Iglesia particular a lo largo de estos 90 años entre los que se encuentran nuestros beatos mártires”.

“Queridos hermanos sacerdotes, también nosotros, ungidos como el Señor tenemos la misión de llegar a todos. Por eso nuestro ministerio se realiza con muchas facetas. Para renovarnos en el ministerio necesitamos vivir con humildad la autoridad propia del ministerio, siempre al servicio de los demás, renunciando a nosotros mismos para dejar que el Espíritu se manifieste ampliamente en nosotros y podamos servir generosamente, como Jesús”, aseveró. »Texto completo de la homilía

Goya: ’Seguir caminando junto, forjando artesanalmente la comunión’
El obispo diocesano de Goya, monseñor Adolfo Canecín, subrayó que “después de habernos preparado durante la Cuaresma a través de la oración, el ayuno y la limosna, guiados por la Palabra de Dios y el mensaje del Papa Francisco ‘A través del desierto, Dios nos guía a la libertad’, nos encontramos en el corazón de la Semana Santa dispuestos a celebrar-con espíritu y actitud de protagonistas y no meros espectadores o turistas- la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús”.

“Celebramos hoy en nuestra Iglesia Catedral la Misa Crismal que expresa la comunión que existe- llamada siempre a crecer- entre los presbíteros y el obispo, la unidad del presbiterio diocesano”. El prelado animó a seguir “caminando juntos, forjando artesanalmente la comunión para que podamos decir presbíteros y obispo: ¿Quieren conocer a Dios? ¡Mírennos! Quien nos ve, ve al Padre, ve a Dios”.

Quilmes: ‘Ardor misionero y fraternidad ecuménica”
El obispo de Quilmes, monseñor Carlos Tissera, agradeció al clero diocesano la “entrega de cada día, el servicio a sus comunidades y a la Iglesia de Quilmes”. “En ustedes agradezco a aquellos que no están presentes, pero sí los tenemos en nuestro corazón unidos a esta Eucaristía. Vaya el recuerdo agradecido de los sacerdotes que nos han precedido en el encuentro definitivo con Dios, y que recordaremos en el momento de los difuntos”.

Además, monseñor Tissera invitó a la oración "por nuestros seminaristas, por los que se forman en el Instituto Diaconal, y por el aumento de las vocaciones", y por el pueblo "que vive momentos de crisis social y política, de incertidumbre, de inseguridad, de empobrecimiento, de ataque sistemático a los valores culturales de la solidaridad y justicia social, para que nada ni nadie nos aleje de los grandes cauces de nuestra Iglesia diocesana de Quilmes: la opción preferencial por los pobres, el ardor misionero, la defensa de los derechos humanos y la fraternidad ecuménica". »Texto completo de la homilía

Santiago del Estero: ‘Cercanía con el pueblo’
Monseñor Vicente Bokalic CM, recordó que “todos estamos llamados a consolar a nuestros hermanos en una actitud de escucha atenta y respetuosa, testimoniando el amor de Dios, que puede eliminar las causas de los dramas existenciales y espirituales. Implica la actitud de mucha escucha. Con mucha perseverancia y con renovados métodos para llegar a todos”.

“Pero -dijo- no podemos ser mensajeros de la consolación de Dios si nosotros mismos no experimentamos la alegría de ser consolado y amado por Él. Esto sucede especialmente cuando escuchamos su palabra, cuando permanecemos en la oración silenciosa en su presencia, cuando nos encontramos con Él en la Eucaristía o en el Sacramento del Perdón”.  »Texto completo de la homilía

Villa María: ‘Jesús viene a sanar los corazones heridos y nosotros también’
El obispo de Villa María, Samuel Jofré, expresó que la Misa Crismal “es una ocasión preciosa para dar gracias a Dios por nuestra vocación”. “Jesús viene a sanar los corazones heridos y nosotros también, nuestra vocación y misión podría resumirse por amor a Dios, amar a sus ovejas”.

El diocesano destacó además en su reflexión que "en Nazareth se vive un trabajo silente y en oración. Apacentar el rebaño de Cristo se centra en el trabajo a las vocaciones, cuidarlas con delicadez y formarlas adecuadamente animando que con la gracia de Dios se pueda caminar toda la vida, una vida fecunda, alegre y plena. Recemos nosotros y enseñemos a rezar a nuestros fieles a pedir más sacerdotes”.

Lomas de Zamora: ‘Cuidarnos para cuidar’
Monseñor Jorge Lugones SJ, obispo de Lomas de Zamora, animó a los sacerdotes a “cuidarnos para cuidar”, ya que el cuidar “es una experiencia positiva en muchísimos aspectos, nos hace aprender de nosotros mismos, nos gratifica y hace crecer, pero también ´remueve´ emocionalmente; podemos usar la negación, podemos congelarlo, pero hay momentos más complicados donde se sufre y no se sabe muy bien por qué”.

Reincidió en el valor del “autocuidado”, que “debe procurarse de forma integral, desde cuidados corporales, espirituales, emocionales, del estado de ánimo. El autocuidado no es egoísmo, es sinónimo de bienestar y estabilidad emocional. Conocerse bien a sí mismo y saber cuáles son las cosas que no nos ayudan, que nos dispersan o descentran y cuáles las que nos gustan y nos hacen sentir mejor, es un síntoma de madurez y responsabilidad, cuidar es un acto de amor, donde se dedica tiempo, esfuerzo y responsabilidad”.

Concordia: ‘Nuestra vocación es imitar al Buen Pastor’
El obispo de Concordia, monseñor Gustavo Zurbriggen, reconoció que los sacerdotes “necesitamos siempre de la oración, del cariño, de la corrección fraterna y del aliento de todos ustedes, que en las comunidades son nuestra familia”.

“Nuestra vocación es imitar al Buen Pastor que nos  ha elegido para que vivamos la vida con Él y lo hagamos presente en las comunidades,  anunciando la Palabra y regalando el milagro de los sacramentos. Alimentar siempre la alegría del Evangelio; pertenecer cordialmente al pueblo que les toca pastorear y ser generadores de vida cristiana en el servicio pastoral”, instó a sus sacerdotes. »Texto completo de la homilía

Venado Tuerto: ‘Nuestra comunión es importantísima y es la esencia de nuestra fe’
El obispo de Venado Tuerto, monseñor Han Lim Moon, exhortó a los sacerdotes a recordar que “nuestra comunión es importantísima y es la esencia de nuestra fe. Y está fundada, en primer lugar, en la comunión de la Santísima Trinidad. Y, en segundo lugar, en nuestra incorporación al cuerpo místico de Jesucristo por el Bautismo”. 

“En nuestro caso, sacerdotes, esta comunión tiene un fundamento más, que es el orden sagrado de nuestro ministerio sacerdotal por el cual todos estamos al servicio del pueblo de Dios. Este servicio se encarna por medio del alegre ejercicio de nuestro ministerio profético, real y sacerdotal”. 

Bahía Blanca: 'Dios nos abra a la entrega, a una generosa alegría'
El arzobispo bahiense animó al clero a continuar viviendo el ministerio sacerdotal desde la "alegría". "Don y donarse, perdón y perdonarse, palabras íntimamente unidas al corazón sacerdotal", dijo.

El prelado señaló que “nos hace bien volver a la escritura, a ciertos textos maravillosos, pero también a algunos del Magisterio, en contextos muy semejantes”. ”Sólo la alegría, escribía Pablo VI, nos arranca de nuestro mezquino y selvático egoísmo, nos lleva a un constante desprenderse de uno mismo, y en el caso de los sacerdotes, por qué no decirlo, de la dicha de formar un propio hogar”. 

                               

Morón: ‘La alegría del sacerdote es para regalar’
El obispo de Morón, monseñor Jorge Vázquez, enunció durante la celebración: “Hoy queremos hacer memoria agradecida del día feliz, de nuestra propia ordenación sacerdotal. Ese día fuimos ungidos en Cristo con el óleo de la alegría y se nos invitó a hacernos cargo de este gran regalo, que es la alegría sacerdotal. Dicha alegría no se encierra en nosotros, sino que se abre al pueblo de Dios, a la gente, a los más pobres, a los sufrientes, a los desalentados, a los desilusionados. En fín, a los que no tienen alegría, a los que perdieron la esperanza”.

Y citando al Papa Francisco recordó: “La alegría es expansiva, comunicativa, no queda encerrada en sí misma. Se convierte en misión. La alegría del sacerdote, es decir nuestra propia alegría, no solamente es algo para nosotros sino, que es para regalar. Por eso el sacerdote es “ungido para ungir” (Francisco - Crismal 2014)”. »Texto completo de la homilía

Avellaneda-Lanús: ‘La unción habla de una marca que penetra hasta lo más profundo’
Monseñor Marcelo Margni, obispo de Avellaneda-Lanús, dijo durante la Misa Crismal: “Nunca insistiremos lo suficiente en esto: nuestra identidad y nuestra misión como Iglesia, como comunidad cristiana, como pueblo creyente, sólo se ilumina a la luz de la misión del propio Jesús, el Cristo, el Ungido”.

“Esta Misa Crismal nos prepara, entonces, para ‘reavivar nuestra vocación de pueblo de la alianza’, como dice un bello prefacio de Cuaresma y para renovar nuestro ‘sí’ en la gran celebración pascual. La unción habla de una marca, un don que, como el aceite, penetra hasta lo más profundo, llena desde lo más hondo, fortalece desde lo más íntimo”. »Texto completo de la homilía

Orán:

                                                                     

Córdoba: