"Respondan al crimen con la fuerza de la ley y la honestidad", pidió el Papa a la fuerza policial y les agradeció a sus miembros por su servicio en el Vaticano, en especial con los peregrinos.
El Santo Padre realizó una breve visita al convento de las Clarisas de la Inmaculada Concepción en Albano, donde rezó con las monjas de clausura en la capilla.
El pontífice pidió por aquellos que sufren a causa de la violencia y se encuentran en estado de sufrimiento y necesidad. También recordó la beatificación de Licarion May, asesinado por odio a la fe.
En el Ángelus, el pontífice recordó que, siguiendo el ejemplo de Jesús, cada uno está llamado a "llevar consuelo y esperanza, especialmente a quienes están desanimados y decepcionados".