El Papa Francisco reflexionó sobre el poder del silencio, sobre la necesidad de escuchar y de convertirnos en voces creíbles que testimonien la venida del Hijo de Dios.
El pontífice recordó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la que se cumplen 75 años, reconociendo los pasos adelante que se dieron y también lamentando los eventuales retrocesos.