Francisco dirigió el rezo del Rosario en la basílica de Santa María la Mayor. 'Que la violencia y el odio se extingan de los corazones humanos', rogó el pontífice.
En su exhortación, el Papa se centró en el amor conyugal y consideró esencial que los esposos estén "abiertos al don de la vida, los hijos, que son la mayor bendición de Dios".