Luego de dos años de pandemia, el clero de la diócesis de Río Gallegos se congregó para celebrar la misa crismal, que estuvo presidida por el obispo, monseñor García Cuerva.
Los obispos presidieron esta celebración en la que consagran el Santo Crisma, bendicen los óleos de los catecúmenos y de la unción de los enfermos, y se renuevan las promesas sacerdotales.
Con la misa crismal presidida por el cardenal Poli, este Jueves Santo en la catedral metropolitana fueron bendecidos los óleos y renovadas las promesas sacerdotales del clero porteño.
Francisco alertó a los sacerdotes sobre 3 ídolos malignos que alejan de Dios en la memoria de la institución del sacerdocio: la mundanidad espiritual, el pragmatismo de los números y el funcionalismo.