El obispo castrense y para las Fuerzas Federales de Seguridad invitó a "recuperar el corazón de carne, que lata con una gran empatía, con misericordia y con gran fraternidad" hacia los detenidos.
"Necesitamos fortalecer nuestra esperanza, que es ardua pero es cierta" planteó el obispo de San Isidro, y subrayó: "La Palabra del Señor y su promesa no pueden engañarse ni engañarnos".
El arzobispo de Buenos Aires planteó la necesidad de dejar los diagnósticos de lado, y no solamente ver y conmoverse, sino ponerse en acción.
Con motivo de la VIII Jornada Mundial de los Pobres, el obispo de San Francisco dedica su reflexión semanal a ese tema, a Jesús y al futuro.