Liberarnos del apego material para abrir el corazón a Dios y a los demás.
Que Cristo sea el rey de nuestra vida.
Inspirados en Santa Cecilia, alabemos a Dios con la belleza del arte y la música
Crear espacios de oración que renueven nuestra fe.
Descubrir los signos de Dios en los gestos simples de cada día.