Obispos del mundo mostraron su preocupación tras la condena del obispo Álvarez y el destierro de 222 ciudadanos a los Estados Unidos.
Las autoridades liberaron y expulsaron del país a más de 200 presos políticos, entre ellos algunos clérigos acusados de "conspiración". Todos fueron privados de sus derechos civiles.
Otros cuatro sacerdotes fueron condenados a 10 años de cárcel por ""traición a la patria", además de quedar inhabilitados en cuanto a sus derechos como ciudadanos.
La justicia orteguista declaró culpable al padre Óscar Benavides por opinar en las redes sociales, acusado de difundir "noticias falsas y menoscabo a la integridad nacional".