Miércoles 24 de abril de 2024

Nicaragua: el obispo Báez, entre los 94 nuevos despojados de nacionalidad

  • 16 de febrero, 2023
  • Managua (Nicaragua) (AICA)
La persecución a la Iglesia en Nicaragua no cesa: un fraile italiano, expulsado del país; Mons. Álvarez, en una celda de máxima seguridad; y Mons. Báez y el P. Vallejos, despojados de nacionalidad.
Doná a AICA.org

El nombre del obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, y el del padre Uriel Vallejos figuran en la lista de los 94 nuevos ciudadanos a los que el gobierno de Nicaragua despojó de su nacionalidad, este miércoles 15 de febrero. El Tribunal de Apelaciones de Managua, que es el que ha emitido la sentencia, declaró a todos ellos culpables de “traición a la patria”, por los presuntos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y de propagación de noticias falsas en menoscabo del Estado. 

“Los acusados realizaron y continúan realizando actos delictivos en perjuicio de la paz, la soberanía, la independencia y la autodeterminación del pueblo nicaragüense”, dijo el presidente del tribunal, Ernesto Rodríguez Mejía, que argumentó que han instigado al sabotaje económico del gobierno, llamando al boicot. “Por estos hechos, los acusados ya no pueden ser considerados ciudadanos nicaragüenses”, argumentó.

La actuación contra los disidentes se produjo unos días después del envío a Estados Unidos de 222 presos políticos, entre ellos varios sacerdotes de la diócesis de Matagalpa, detenidos junto al obispo Rolando Álvarez el pasado 19 mayo. Este prelado, que es también administrador apostólico de la diócesis de Estelí y se hallaba bajo arresto domiciliario desde entonces, se negó a subir al avión que debía expatriarlo, siendo a continuación trasladado a prisión y condenado a 26 años y cuatro meses de cárcel por los mismos delitos, además de haber sido también despojado de la nacionalidad.

Por su parte, monseñor Silvio Báez abandonó Nicaragua a petición del papa Francisco en 2019, dado que había información acerca de un complot para asesinarlo. Su determinación y firmeza en las denuncias contra los abusos y arbitrariedades del gobierno lo habían convertido en un símbolo, por lo que había pasado a ser objeto de persecución y ataques. El pasado día 11, el obispo criticó en Twitter la encarcelación de su hermano en el episcopado, monseñor Álvarez.

Otro sacerdote expulsado de Nicaragua
El gobierno de Nicaragua, liderado por Daniel Ortega y Rosario Murillo, expulsó también del país al sacerdote italiano Cosimo Damiano Muratori, luego de que el religioso calificara de “hecho histórico” la sentencia de 26 años y 4 meses de prisión contra monseñor Rolando Álvarez.

El padre Muratori “intervino injuriosamente en asuntos solo concernientes a nicaragüenses”, indicó el Ministerio de Gobernación a través de una nota de prensa.

Además, el gobierno nicaragüense aseguró que Interpol Italia solicitó el itinerario de vuelo del sacerdote, por haber sido sentenciado en 2009 a cuatro años y seis meses de prisión en la ciudad de Perugia por el delito de violencia sexual. Sin embargo, el sitio de noticias Artículo 66 confirmó que los datos del religioso no aparecen en la web de la organización internacional.

El medio nicaragüense también dio a conocer que, el domingo 12 de febrero, el padre Muratori habló de la condena en contra del obispo de Matagalpa y de su decisión de quedarse en Nicaragua.

“Estaba en la lista de los que se tenían que ir a Estados Unidos. ¿Se fue monseñor Álvarez? ¿Por qué no se fue? ¡Porque no quiso! Al final, 222 personas agarraron el avión y uno no lo agarró. ¿Tenía razón monseñor Álvarez? Se quedó y, para mí, es un verdadero hombre con pantalón. Me echan preso, échenme preso”, manifestó el religioso durante su homilía en el santuario Franciscano El Tepeyac, en Jinotega.

Tras denunciar esta situación, funcionarios del Estado visitaron al padre Muratori y le pidieron que se presentara al día siguiente en la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME), en Managua.

El religioso salió de madrugada a cumplir con la cita solicitada por las autoridades nicaragüenses y su paradero era un enigma, hasta el anuncio de su expulsión del país.

El padre Muratori es rector del Santuario Franciscano El Tepeyac, en San Rafael del Norte, Jinotega, y vicepostulador de la causa de canonización del Siervo de Dios Odorico D’Andrea, misionero franciscano italiano, conocido por su labor evangelizadora en el norte de Nicaragua.

Monseñor Rolando Álvarez, en una celda de máxima seguridad
A su vez, el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, estaría en una celda de máxima seguridad en una cárcel de Nicaragua, luego de ser condenado por la dictadura de Daniel Ortega a 26 años y 4 meses de prisión.

Según informó el medio nicaragüense Confidencial, fuentes vinculadas a la Iglesia señalaron que, desde el jueves 9 de febrero, monseñor Rolando Álvarez “se encuentra solo en una celda de máxima seguridad, en la cárcel Modelo”.

Las mismas fuentes comentaron que el obispo está “muy sereno, lleno de Dios, consciente y firme en la decisión que adoptó”, al rechazar ser deportado la semana pasada con otros 222 presos políticos, entre los cuales había algunos sacerdotes y seminaristas, que tuvieron como destino Estados Unidos.

Según las fuentes citadas por Confidencial, las autoridades de la cárcel Modelo en el municipio de Tipitapa en Managua permitieron que se le entreguen artículos de aseo al obispo.

Por su parte, la abogada e investigadora nicaragüense Martha Patricia Molina manifestó al National Catholic Register que el obispo Álvarez decidió quedarse para no “abandonar al resto de los sacerdotes de su jurisdicción, que están sufriendo asedio, persecución y amenaza”.

“Él ha preferido quedarse y cumplir con la misión de seguir elevando su voz profética a la luz del Evangelio y la verdad”, resaltó.

La investigadora explicó también que “nadie que esté preso en las cárceles de Nicaragua, donde se practican más de 40 mecanismos de tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes, puede estar bien de salud”.

La abogada indicó, asimismo, que el obispo Álvarez “no ha recibido visitas, aunque la CEN (Conferencia Episcopal Nicaragüense) está realizando pláticas con la dictadura para lograr verlo”.

Además, y pese a que la ley permite que los presos profesen su religión, en la práctica “esto se les impide y ni siquiera se les proporciona una Biblia o sus libros de oraciones. Tampoco se le permitirá a monseñor Álvarez celebrar la Eucaristía: la tortura está presente siempre en el sistema penitenciario del país”, precisó Molina.+