Dos sacerdotes murieron, 200 iglesias católicas fueron destruidas y otras 150 dañadas en los departamentos afectados por el terremoto del pasado 14 de agosto.
"Es probable que el pueblo de Haití experimente dificultades constantes en las próximas semanas a medida que comiencen los esfuerzos de recuperación y reconstrucción", escriben los obispos.
El Santo Padre ha decidido también enviar un primer paquete de ayuda de emergencia a otros dos países con grandes dificultades: Bangladesh y Vietnam.
El arzobispo de San Juan pidió a los latinoamericanos "no bajar los brazos" y unir esfuerzos para acompañar y ayudar al pueblo haitiano, haciendo propia "su situación en este momento de emergencia".