En un encuentro con periodistas en Roma, los obispos argentinos presentes allí compartieron la alegría de todo el país por la canonización de Mama Antula y animaron a seguir su ejemplo de santidad.
En el domingo V del tiempo ordinario, el arzobispo porteño animó a sobrellevar el insomnio y el activismo -dos males actuales-, dejando espacio en el día para tener un rato de intimidad con Dios.
El obispo de San Francisco invitó a reconocerse en la plegaria de Job y, desde ese lugar, acercarse a Jesús para reconocerlo como Salvador, vivo y presente en medio de nosotros.
"Con su estilo sencillo y franco, pudo expresar el amor de Dios por los humildes y sufrientes", dijo el arzobispo, y resaltó su oración constante, la esperanza en la Palabra y devoción a la Virgen.