Sábado 12 de abril de 2025

Mons. Ojea: 'Somos dignos porque somos hijos de Dios'

  • 9 de abril, 2025
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
"Que el Señor nos conceda en esta Cuaresma un profundo encuentro con el amor misericordioso de Jesús para vivir así una auténtica conversión", pidió en su reflexión semanal.
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Monseñor Oscar Ojea, obispo emérito de San Isidro, reflexionó sobre el pasaje evangélico de la mujer sorprendida en adulterio flagrante y que la ley mandaba lapidar.

"Está puesta delante de él; si Jesús dice 'mátenla' niega su misericordia. Si Jesús incumple la ley, lo acusan de que no es verdad que ha venido a cumplir la plenitud de la ley; entonces el Señor, para establecer un compás de espera, para bajar la tensión de la impulsividad y del dramatismo del momento, se pone a escribir en la tierra", contó.

"Hay un comentarista que dice: 'Así como el Dios del antiguo Testamento escribió la ley en tablas de piedra, Jesús prefiere escribir su misericordia en el barro que somos'", citó y completo: "Escribir en la tierra, significa también la comprensión de la naturaleza humana que está hecha de polvo, está hecha de barro".

El prelado destacó que "Jesús rápidamente los desarma: el que esté sin pecado que arroje la primera piedra. Y se van yendo de a uno, empezando por los más viejos; esa respuesta certera desarma a todos". 

"El que esté sin pecado que arroje la primera piedra y, finalmente, queda esta mujer delante de Jesús; esta mujer pecadora que nos representa a todos nosotros que somos pecadores. Allí se encuentran la miseria y la misericordia", agregó.

Monseñor Ojea señaló que "la mujer no se defiende del amor de Dios, ya no pone obstáculos. En el secreto de su corazón se deja mirar por el amor infinito de Jesús que, no la identifica con el pecado. Jesús no identifica al pecador con el pecado".

"No somos el pecado, somos dignos porque somos hijos de Dios. Podemos pecar, pero el pecado no forma parte de nuestra naturaleza, el Señor no nos identifica nunca con el pecado, sino que estamos siempre en camino de salvación. Y, la mujer se deja mirar por este amor misericordioso de Jesús que le dice: '¿Alguien te ha condenado? Yo tampoco te condeno; vete y en adelante no peques más'", profundizó.

"Que el Señor nos conceda en esta Cuaresma un profundo encuentro con el amor misericordioso de Jesús para vivir así una auténtica conversión. Dejémoslo entrar en el secreto de su corazón y dejémonos amar por este amor misericordioso", concluyó.+