Lunes 14 de abril de 2025

Mons. Lozano: 'Entrar con Jesús en la Semana del Amor'

  • 13 de abril, 2025
  • San Juan (AICA)
"Acompañar a Jesús es también salir al encuentro de los crucificados de hoy: los pobres, los enfermos, los solos, los que están tristes o sin fe, los que tienen la vida rota", recordó el arzobispo.
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Monseñor Jorge Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo, aseguró que el Domingo de Ramos es "una puerta abierta, que invita a entrar con Jesús en la semana más importante del año para los cristianos". 

"Con los ramos en la mano, celebramos su entrada en Jerusalén. Lo aclamamos con alegría, con cantos y gestos de fiesta. Pero también sabemos que ese mismo Jesús, al que hoy vitoreamos, es el que en pocos días veremos con la cruz al hombro, caminando hacia el Calvario", recordó.

El arzobispo sanjuanino explicó que "la liturgia de este día es como un abrazo con dos sentimientos bien distintos: uno de alegría y otro de dolor. Por un lado, los ramos verdes, los cantos, los niños agitándolos como si fueran banderitas. Y por el otro, la Pasión que se proclama". 

"La muerte anunciada de quien no se bajó nunca de su entrega. La cruz ya se asoma, silenciosa y firme en el horizonte, pero para explotar en vida de resurrección. Y allí nos damos cuenta de que no se trata solo de acompañar con palmas en la mano, sino con el corazón dispuesto a seguirlo hasta el final", planteó.

"Jesús entra montado en un burrito, no en un caballo de guerra. No viene a conquistar por la fuerza, sino con la mansedumbre del amor", diferenció y valoró: "Así es nuestro Rey: humilde, cercano, lleno de ternura. No le gusta imponer, le gusta invitar". 

Por esto, monseñor Lozano señaló que este Domingo de Ramos también es una invitación y propuso preguntarse: "¿Lo dejamos entrar en nuestra Jerusalén interior? ¿Le abrimos las puertas del alma? ¿O seguimos levantando muros y cerraduras por miedo, orgullo o cansancio?".

"Este año, además, vivimos esta Semana Santa como 'Peregrinos de esperanza' en el Año Santo. ¡Qué lindo es pensar que no estamos solos! Caminamos juntos, con toda la Iglesia, hacia la Pascua. Somos un pueblo que avanza, aun con dolores, pero con la mirada puesta en la vida nueva que viene. Y Jesús, nuestro compañero de camino, no nos abandona. Él va delante, abriendo la senda con su entrega", sostuvo.

"Acompañar a Jesús en estos días no es solo ir a las celebraciones litúrgicas. Es también orar más con el corazón, detenernos en el silencio para contemplar su rostro sufriente, su amor sin medida. Y es, sobre todo, salir al encuentro de los crucificados de hoy: los pobres, los enfermos, los solos, los que están tristes o sin fe, los que tienen la vida rota. Porque donde hay dolor, allí está Él. Y donde nosotros llevamos consuelo, allí está la Pascua germinando, haciéndose lugar", concluyó.+