El patriarca greco católico propuso rezar por el número incierto de personas heridas en esta guerra "sangrienta e injusta" e invitó a "co-sufrir" con una Ucrania que es "crucificada" y "mutilada".
Ante el gigantesco desastre humanitario en Ucrania, resalta la labor de las religiosas, que en más de mil conventos en Ucrania y Polonia ayudan y alojan a niños y familias refugiados.
El arzobispo mayor de los greco católicos, se dirigió la OMS e instituciones sanitarias, y agradeció el trabajo "heroico" del personal médico para salvar vidas en medio de los bombardeos.
Schvechuk aseguró que la mujer ucraniana es "símbolo de esperanza, de intrepidez, de la victoria de la vida sobre la muerte, de que Ucrania quedará en pie, incluso en circunstancias tan inhumanas".