El pontífice expresó su deseo de "reservar un cierto tiempo para la reflexión, la oración y el diálogo, antes de cualquier nombramiento o confirmación definitiva".
Visitó el Palacio del Santo Oficio, donde residía, y saludó a los presentes. Al pedido de una niña que le firmara una Biblia, el pontífice dijo en tono de broma: "Tengo que probar la nueva firma".