Mons. Malfa: 'Toda verdadera devoción a María nos conduce al encuentro con Cristo'

El obispo emérito de Chascomús presidió este jueves la celebración en honor a Nuestra Señora de Luján en la Iglesia Argentina en Roma, Santa Maria Addolorata.

La plaza de Buenos Aires, en el barrio de Coppedè, alberga el único templo católico argentino de la ciudad de Roma, a la que el Papa Benedicto XV concedió el título de Iglesia Nacional Argentina.

La iglesia de Santa Maria Addolorata (Santa María Dolorosa) no sólo es un punto neurálgico en el barrio y una de sus señas de identidad, sino también la referencia de los católicos argentinos en Italia.

Allí presidió este jueves, fiesta de Nuestra Señora de Luján, monseñor Carlos Malfa, obispo emérito de Chascomús, la misa en honor a la patrona de la Argentina.

En su homilía, el prelado destacó que "la Madre siempre nos espera, siempre nos acoge y siempre nos muestra al fruto bendito de su vientre, Jesús. Toda verdadera devoción a María nos conduce siempre al encuentro con Cristo, el Señor, el único Salvador".

Invitó a contemplar a María que, en el silencio, en el sufrimiento, ofrece a su hijo al Padre para la redención del mundo. "Nunca antes en su vida María sintió más íntimamente al pie de la cruz a su Hijo, y a su Hijo vivo. Pero Él se ofrece no sólo como su hijo, sino también como su Redentor. Y por esto lo ofrece al Padre para la redención de la humanidad", consideró.

"¿Qué mayor soledad puede haber para una madre que la muerte de su hijo?", se preguntó, pero señaló que "paradójicamente, es también el momento de mayor fertilidad en la vida de la Virgen".

Por eso, sostuvo: "Es muy bello poder contemplar la ofrenda de María. Toda la vida de María, desde la Anunciación en adelante, fue una ofrenda continua a Dios. María no dio cosas, se dio a sí misma. María ofreció toda su vida".

Luego, el obispo emérito de Chascomús se refirió al documento del papa Pablo VI, Marialis Pultus, dedicado a la Virgen: "Vale la pena volver a ese documento. Allí Pablo VI habla de María como Virgen Ofrenda". 

En ese sentido, instó a "aprender a hacer de nuestra vida una ofrenda a Dios, que es el don a los hermanos".

Monseñor Malfa concluyó animando a orar "sobre todo por el cónclave, que dará a la Iglesia y al mundo un nuevo sucesor de Pedro. Por esto oramos, oramos ante todo por los Padres Cardenales, y oramos también por todos nosotros, para que podamos sostener con gratitud, con alegría y con verdadera esperanza lo que el Espíritu Santo dice hoy a la Iglesia".+