En una carta enviada a la UIA, el Papa defendió a la industria como clave del desarrollo y del empleo, e instó al empresariado a poner el trabajo y la dignidad humana en el centro de la economía.
Advirtió que los niños y adolescentes son especialmente vulnerables a la manipulación mediante algoritmos de IA que pueden influir en sus decisiones y preferencias.
Al reunirse con religiosas agustinas de clausura, León XIV las animó a vivir con alegría y en comunión con Cristo, abrazando la caridad humilde entre ellas.
Durante la audiencia general, León XIV destacó la importancia de la fraternidad en nuestras vidas y la describió como algo "profundamente humano".