Dos sacerdotes murieron, 200 iglesias católicas fueron destruidas y otras 150 dañadas en los departamentos afectados por el terremoto del pasado 14 de agosto.
La Iglesia Latinoamericana y Caribeña anuncia esta campaña para sumar esfuerzos en torno a la emergencia que padecen "los hermanos de Haití", tras el terremoto del 14 de agosto.
En una carta al presidente del episcopado haitiano, los prelados de República Dominicana expresan que esperan que esa "humilde contribución" pueda ser de ayuda tras el terremoto del 14 de agosto.
Mons. Dumas indicó que la situación de las estructuras diocesanas es dramática, y destacó que sacerdotes y monjas siguen asistiendo a los sobrevivientes: "Son el testimonio de que Dios nunca abandona"