El episcopado sudanés advirtió que el conflicto armado interno "dañó gravemente el país hasta punto de una destrucción casi completa".
Francisco pidió que "callen las armas y, con el compromiso de las autoridades locales y de la comunidad internacional, se ayude a la población y a los numerosos desplazados".
En una declaración conjunta, Cáritas Internacional y un grupo de organizaciones cristianas destacaron la crisis "abrumadora", con hambre y desplazamientos masivos, a causa de la por la guerra.
Tras el rezo del Ángelus, Francisco exhortó por el fin de la violencia en Sudán y en el norte de Mozambique. Además de dirigir sus pensamientos sobre Ucrania y Palestina.