En relación con los hechos ocurridos el pasado 9 de enero en la región de Puno, el episcopado del Paraguay se sumó a sus pares peruanos y condenó la violencia.
En un segundo comunicado, los prelados condenaron enérgicamente los hechos de violencia que acabaron con la vida de un policía, quemado vivo por manifestantes en la región de Puno.
"No permitamos que el Perú sea destruido por nuestras acciones o caiga en un abismo institucional", expresaron en un comunicado.
En una declaración conjunta firmada por representantes de 16 religiones y comunidades confesionales del Perú, abordaron los dramáticos acontecimientos que vive el país.