Al anunciar que el Papa le aceptó la renuncia y le dio la "yapa" de que se quedara hasta que llegara su sucesor, el arzobispo pidió perdón y dio gracias por estos 10 años como pastor.
El jesuita alemán pidió ser relevado de sus funciones debido a sus numerosos compromisos, que incluyen el de consultor para la Protección de Menores en la diócesis de Roma.
Monseñor Joseph Marino, al frente de la institución que prepara los sacerdotes destinados al servicio diplomático de la Santa Sede, solicitó la jubilación anticipada al cumplir 70 años.
El papa Francisco aceptó la renuncia de Mons. Salaméh y nombró administrador apostólico "sede vacante" del exarcado Greco-Melquita al padre Jean Abou Charouche MSP.