"La hora de la Pascua es la hora de la prueba; la hora de la Pascua es la hora de la entrega verdadera, no de mentirita, no de la apariencia", preciso el arzobispo de Mendoza.
El arzobispo de Mendoza sugirió acercarse "cada día a Cristo, leer la Palabra y encontrar en Él; ese alimento no perecedero, esas palabras de vida eterna".
El arzobispo de Mendoza repasó los diez mandamientos en el "sentido más hondo", y sugirió comenzar por evocar el primero: el amor a Dios.
"¿Cuánta ha sido la nobleza de nuestro corazón ante un Dios que nos reclamaba más, porque probablemente nuestra fe nunca había sido del todo fuerte o firme?", se preguntó el arzobispo de Mendoza.