Jueves 21 de noviembre de 2024

Mons. Colombo: 'El amor cristiano llama a la misión y a fructificar'

  • 7 de mayo, 2024
  • Mendoza (AICA)
"Que san Vicente Ferrer nos ayude a ser conscientes de un amor de elección, que nos amó primero y que nos destinó para dar frutos y frutos abundante", destacó el arzobispo de Mendoza.
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El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Colombo, presidió la Eucaristía desde la basílica San Vicente Ferrer, de la localidad mendocina de Godoy Cruz, donde dio a gracias a Dios por la vida y el testimonio de esa comunidad parroquial, que celebra a su santo patrono.

En la homilía, el arzobispo mendocino explicó que el texto bíblico conocido como “El Pentecostés de los gentiles” retrata la experiencia de fe de “aquellos que, conociendo de Jesús y buscando vivamente a Dios con una vida ejemplar de oración, de reflexión, logran encontrarlo y quieren con todo su corazón recibirlo” 

“Así que Pedro tomó una decisión pastoral, animado por ese gran amor de Dios que vibraba en su corazón apostólico, y dio el paso de incorporar a estos nuevos creyentes. Es un acontecimiento para la vida de la Iglesia, que quiso retratar el evangelista Lucas en este Libro de los Hechos y nos dejó para el testimonio. Cómo fue ese primer paso de incorporar entonces a discípulos de otros pueblos a la fe cristiana”, subrayó.

“El Padre nos ofrece, en Cristo, a Aquel que nos regala en Él la condición de hijos muy amados. No es un amor común, no es un amor que signifique el amor apasionado de los esposos; tampoco es el amor de los pares, sino es el amor de benevolencia, un amor gratuito, pura iniciativa de Dios que nos convoca a ser parte de su familia”, diferenció.

Monseñor Colombo sostuvo que “podemos decir que, en la larga historia de salvación, Cristo, preparado por los profetas y el Antiguo Testamento, se nos ofrece como amigo”, y profundizó su reflexión con el texto del Evangelio: “No es un amor abstracto, es un amor valiente y fiel que, al costo de su sangre, nos gana para siempre al Padre”.

“Podemos decir que Jesús no nos habla de un amor cualquiera, sino que nos habla de un amor de elección. Somos fruto de la elección de Dios. No somos parte del azar. No somos una casualidad, fuimos elegidos por Dios, fuimos amados por Él; fuimos llamados por Él en Jesucristo”, destacó, y añadió: “El Señor nos dice: 'No los llamo siervos', porque en su amor nos ha hecho partícipes del amor del Padre. 'Los llamo amigos y los envío para dar fruto': no es un amor que se encierra en nosotros, sino que es un amor destinado a la fecundidad.

“Aquel cristiano que vive encerradito, aquel cristiano que cree que su fe es solo para él, seguramente se equivocó. Hay que recordarle que el nuestro es un amor que nos llama a la misión, es un amor que nos invita a fructificar en buenas obras y en nuevos amigos para Cristo; porque somos llamados a testimoniar ante los hombres”, concluyó.+