Mons. Colombo: 'Jesús siempre tiene una palabra que serena y anima'

"Pidámosle a Jesús por nuestras vidas; pidámosle para nuestra patria, en estos momentos difíciles, la serenidad, la energía y la conciencia de ser parte de un pueblo de Dios", animó el arzobispo.

El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Colombo, presidió la Eucaristía dominical desde la parroquia de San José, de la ciudad capital de la provincia, donde aseguró que "Jesús está con nosotros en las tormentas; Jesús acompaña las tempestades de nuestra vida".

"Jesús no nos deja nunca solos y, en todo caso, Él siempre tiene una palabra que nos serena y nos anima a enfrentar tormentas tempestades y dolores", destacó.

Al reflexionar sobre el pasaje del Evangelio del día -en el que Jesús está aparentemente dormido en la barca con los apóstoles, en medio de la tempestad-, el arzobispo mendocino afirmó: "Cuántos paralelismos con nuestra historia humana, cuando pensamos que Dios duerme".

"Dios está junto a nosotros, hay que llamarlo, hay que rezar, hay que animarse a buscar con las palabras más propias de nuestro corazón para que, en esos momentos de dificultad, Él intervenga y se haga sentir con esa energía propia del Dios del Amor, en la serenidad, en la calma que Dios impone naturalmente", sugirió, y reconoció: "También nosotros podemos sentir un reproche frente a nuestro desaliento, frente a nuestras vacilaciones". 

"Jesús revela, en esta escena, algunas características propias de quienes dirigen, de quienes guían, de quienes conducen un pueblo: serenidad, capacidad de sobreponerse y de sobrellevar las situaciones, y también un modo de intervenir y de conducir a su grupo hacia el destino prometido", expresó el prelado. 

Monseñor Colombo sostuvo que "este Jesús que calma las aguas, que escucha el sufrimiento de su pueblo, que es capaz de imponer calma donde todo parece complicarse, es también quien los lleva al buen puerto".

"Pidámosle a Jesús por nuestras vidas; pidámosle para nuestra patria, en estos momentos difíciles, la serenidad, la energía y la conciencia de ser parte de un pueblo de Dios. No nos pueden faltar para trabajar juntos y para caminar juntos en torno a nuestro Dios, que nos serena y nos reprocha, muchas veces, nuestra falta de fe", concluyó.+