Mons. Colombo: 'No dejemos pasar este tiempo de reconciliación y misericordia'
- 12 de marzo, 2024
- Mendoza (AICA)
El arzobispo de Mendoza sugirió acercarse "cada día a Cristo, leer la Palabra y encontrar en Él; ese alimento no perecedero, esas palabras de vida eterna".
El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Colombo, presidió la misa del cuarto domingo de Cuaresma desde la parroquia Corazón de María, de la capital provincial, donde reflexionó sobre la lectura del Evangelio en la que Jesús nos introduce en temas centrales de nuestra fe, como son el juicio, la salvación, la luz y la verdad.
“Estamos ante un texto muy sólido, de reflexión teológica, que merece ser escuchado y reflexionado largamente”, aseguró en la homilía, e indicó que “Jesús ha estado, en este momento de reflexión, junto a un visitante muy importante, que es Nicodemo".
El arzobispo mendocino describió cómo Nicodemo, que era un hombre muy vinculado a la religión judía, se le acercó a Jesús y cómo el Seños utiliza la imagen “de salir de las tinieblas para entrar a la luz, de volver al encuentro con Él”.
“Este discípulo hace un proceso de fe con Jesús, empieza a caminar tras las enseñanzas de Jesús y aprende de Él, como en un catecismo, los temas centrales de la fe”, graficó.
“Por eso, es un texto hermoso; por eso, es una reflexión que le hace notar a Nicodemo la importancia de optar por Cristo, de optar por la luz, y de enfrentar las tinieblas y las oscuridades”, puntualizó.
Monseñor Colombo recordó que, “para nosotros, la Cuaresma, y en especial estos tiempos difíciles, nos hacen pensar en la necesidad de hacer opciones fuertes desde la fe; a no decaer, no sólo en la práctica religiosa, que en todo caso trasunta y expresa la fe que nos nutre, sino, sobre todo, de vivir la fe de nuestro bautismo”
Asimismo, animó a “vivir de cara a la luz, afrontando las dificultades que nos da cuando la luz ilumina todas las cosas; cuando vemos temas de nuestra vida que nos afectan, que nos afligen, de nuestra vida personal o familiar, y que queremos afrontar desde la fe”.
“Este tiempo de Cuaresma es especial, es tiempo de reconciliación y misericordia. No lo dejemos pasar, tenemos el sacramento de la Reconciliación, tenemos los momentos de adoración eucarística y, por supuesto, cada día podemos -a la vuelta del trabajo o al final de nuestras labores- acercarnos como Nicodemo a Cristo, leer la Palabra y encontrar en Él ese alimento no perecedero, esas palabras de vida eterna”, concluyó.+