Es el pedido que el obispo de San Isidro invitó a hacerle a Dios en el inicio del Adviento; y animó a "abrazar la realidad", para transformarla con la fe.
"Preparemos el corazón para ofrecer a Dios nuestra vida. Él asume nuestras fragilidades, las trata con sumo cuidado y respeto", sugirió el arzobispo de San Juan en su reflexión del inicio del Adviento
"La Iglesia nos ofrece una nueva oportunidad, quizás la última, de sumergirnos en los secretos de gracia que en este Adviento se ofrece en abundancia", destacó el arzobispo emérito de Corrientes.
El obispo de San Francisco, en su mensaje para la soleminidad de Cristo Rey, reflexionó sobre Jesús como Juez de vivos y muertos.