Sábado 29 de marzo de 2025

Card. Rossi: 'Hoy es el día para la conversión'

  • 26 de marzo, 2025
  • Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba destacó la importancia de la disponibilidad y la paciencia divinas, invitando a los fieles a desprenderse de lo que los oprime y abrirse al llamado de Dios en Cuaresma.
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El cardenal Ángel Rossi SJ, arzobispo de Córdoba, presidió la misa del el tercer domingo de Cuaresma en la parroquia Anunciación de María. En su homilía, centrada en el llamado a la conversión y en la invitación a abrirse a la misericordia divina., destacó la figura de Moisés como un ejemplo de encuentro con Dios en medio de la fragilidad humana.

El arzobispo cordobés comenzó su homilía aludiendo al pasaje bíblico de la zarza ardiente. Este fuego divino, explicó, es una invitación a entrar en comunión con Dios, a despojarse de lo que oprime y aleja de Él. Por eso, invitó a reflexionar sobre aquello que aprieta en el alma e impide seguir al Señor con libertad.

El cardenal también subrayó la importancia de la disposición a seguir el llamado de Dios, como lo hizo Moisés. "Toda vida espiritual gira en torno al 'Aquí estoy'", planteó, refiriéndose a la disponibilidad del corazón ante la voluntad de Dios. A pesar de los fracasos y las inseguridades que Moisés vivió, Dios lo eligió para una misión crucial, algo que recuerda que, incluso en las propias debilidades, Dios llama y acompaña.

En el Evangelio, señaló el prelado, se aborda la urgencia de la conversión. "Convertirse o perecer", expresó, recordando que la conversión no solo implica un cambio de mentalidad, sino una disposición a cambiar y a abrirse a la acción de Dios. La Cuaresma, según el cardenal, es un tiempo propicio para reconocer la propia fragilidad y permitir que Dios nos transforme.

El arzobispo también resaltó la paciencia de Dios, quien, a pesar de las fallas humanas, sigue esperando con misericordia. "Dios no se desanima, siempre pone esperanza en nosotros", afirmó, invitando a los fieles a confiar en la misericordia de Dios, que espera con los brazos abiertos, dispuestos a perdonar y acompañar en el proceso de conversión.

Al concluir, el purpurado hizo un llamado a no procrastinar la propia conversión, recordando que Dios siempre abre nuevas posibilidades. Como lo expresó San Ignacio de Loyola, "aunque no podamos cambiar todo de inmediato, al menos debemos tener el deseo de cambiar." 

"Hoy es el día para la conversión", concluyó, invitando a los presentes a abrir su corazón y permitir que la misericordia de Dios transforme sus vidas.+