Mons. Lozano: 'Hay necesidad de misericordia, abrazo y ternura'
- 30 de marzo, 2025
- San Juan (AICA)
El arzobispo recordó que el Papa anima a ser "canales de la misericordia de Dios". Por ello, instó a ser "madre acogedora que sepa sanar heridas y recibir con misericordia, un oasis en el desierto".

Monseñor Jorge Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo, recordó que "hace unos años, al entrar a una iglesia antigua, vi pintada en la pared la escena del encuentro entre el Padre misericordioso y el hijo pródigo, relatado en el evangelio de san Lucas".
"La pintura estaba bastante deteriorada y lo que más parecía resaltar eran los perros contentos en torno a aquella escena de ternura. Me quedé rezando un rato y en esa misma iglesia escribí este relato", agregó y citó:
"Desde temprano los perros habían estado nerviosos, inquietos, ladrando ante el menor movimiento. Especialmente 'el manchadito' que desde hacía tiempo pasaba quieto las horas en los rincones oscuros de la casa y hoy ladraba sin motivo y no paraba de moverse.
El viejo también. Cara rugosa por la cantidad de inviernos crudos, manos callosas de trabajar el campo. Barba canosa, larga y desprolija. Ropa limpia, pero de colores apagados. Ojos tan grises.
Como en cada tarde, antes de unos mates, rumbeó para la terracita. Cuando estaba en los últimos escalones sintió algo en el aire que lo hizo agitarse. Por un momento pensó que había llegado su final. '¿Será hoy el día? ¿Por qué no?'.
Estuvo un rato casi largo con la mirada gris afinando hacia el horizonte, rumbo noroeste. Se refregó los ojos para que la vista no lo engañara. Pasaron unas golondrinas. Pero según sus cálculos todavía faltaban unas semanas para la primavera.
Y percibió algo raro. Parecía que amanecía desde el oeste. Todavía estaba lejos, pero él ya lo reconoció. Era la luz de sus ojos.
Y todos los colores, todos los aromas, todos los sonidos llenaron de vida otra vez el lugar.
Con unos cuantos kilos menos, ropa sucia, rodeado de algunas moscas, con llagas en los pies y noches, muchas noches. 'Mi hijo...'.
El abrazo, el llanto reemplazaron las palabras que ya no hacían falta. Y hubo alegría y fiesta".
El arzobispo sanjuanino señaló que el Papa Francisco insiste en la necesidad de misericordia, de abrazo, de ternura.
"Si en la Iglesia no somos capaces de ser canales de la misericordia de Dios, no estamos viviendo lo que Él nos pide. Cada comunidad cristiana (parroquia, capilla, escuela, movimiento, diócesis, comunidad religiosa...) debe ser madre acogedora que sepa sanar heridas y recibir con misericordia, un oasis en el desierto", graficó.
"La paciencia de Dios es infinita. Su amor también. El perdón de Dios no tiene límites. Como el papá de la parábola narrada por Jesús, Dios está anhelando el abrazo y el encuentro", concluyó.+