"No podemos callar cuando el terrorismo abusa de la religión", afirmó ante líderes de otras confesiones religiosas en la llanura de Ur y desde allí elevó una oración por "la vecina martirizada Siria".
Francisco se trasladó a la ciudad de Najaf, al sur de Bagdad, para encontrar al Gran Ayatollah Al-Sistani, la principal autoridad religiosa chiíta en Irak. Alentó a la amistad entre las religiones.
"Los cristianos son una minoría viviente en Irak", afirmó el Papa en su encuentro con los obispos, religiosos, seminaristas y catequistas iraquíes.
Durante tres días, Francisco viajará a Bagdad, Nayaf, Ur, Erbil, Mosul y Qaraqosh, pronunciará cuatro discursos, dos homilías, un Ángelus y una oración de sufragio por las víctimas de la guerra.