El antiguo colegio San José, en Jinotepe, pertenece ahora al Estado con el nombre de centro educativo ´Bismarck Martínez´, un militante sandinista asesinado en las protestas.
El episcopado indio atribuye la situación a "una preocupante ola de acoso, falsas acusaciones y casos fabricados que tienen como objetivo a las religiosas de todo el país".
No se permiten celebraciones mixtas entre extranjeros y chinos, e incluso se establece el número de libros que se pueden ingresar del exterior "para uso personal".
Fue tras archivar un proyecto de ley que prohibía a iglesias realizar expresiones políticas durante sus actividades religiosas. La iniciativa preveía sanciones que iban hasta la disolución.