Viernes 22 de noviembre de 2024

Vaticano: Nueva plataforma global para la libertad religiosa

  • 6 de junio, 2024
  • Roma (Italia) (AICA)
Promovida por la Soberana Orden de Malta, con el fin de fomentar políticas y compromisos, se realizó una conferencia centrada en la libertad religiosa y el desarrollo humano integral.
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Libertad religiosa y desarrollo humano integral: una nueva plataforma global”, bajo esa consigna tuvo lugar una conferencia, organizada por la Soberana Orden de Malta ante la Santa Sede, desarrollada a través de una serie de paneles, con el objetivo de analizar posibles marcos y estrategias para fomentar políticas y compromisos inclusivos y sensibles a la religión. 

Participaron de la conferencia el Secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Pietro Parolin, el arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados y Organismos Internacionales de la Secretaría de Estado, funcionarios de la ONU y destacados expertos mundiales sobre el tema.

Celebrada en la sede de la Orden de Malta, la conferencia contó con el apoyo del Consejo Asesor del Centro de Libertad y Prosperidad del Atlantic Council en los Estados Unidos y la Universidad Pontificia Urbaniana de Roma.

El embajador de la Orden de Malta ante la Santa Sede, Antonio Zanardi Landi, dio la bienvenida a los invitados y destacó la necesidad de hablar sobre un tema importante y a menudo incomprendido. Al referir que representa la primera de su tipo, la conferencia de alto nivel, se da en un momento dramático de guerra en todo el mundo. 

La libertad de conciencia, un “derecho fundamental”
Monseñor Gallagher reflexionó sobre la visión de la Santa Sede sobre la "Promoción de la libertad religiosa y el desarrollo humano integral" y recordó que el Concilio Vaticano II comprometió a la Iglesia católica a promover la libertad religiosa, señalando que la Declaración Dignitatis humanae explica el derecho de la persona y de las comunidades a la libertad social y civil en materia religiosa. 

"Para que se pueda ejercer esta libertad, querida por Dios e inscrita en la naturaleza humana -reafirmó- no se debe poner ningún obstáculo en su camino", observando al mismo tiempo una estrecha conexión entre los derechos humanos y la libertad de religión.

"Si bien este no es el único aspecto de los derechos humanos, es sin duda el más fundamental", dijo, y señaló que "es el derecho a la libertad de conciencia el que sienta las bases de todos los demás derechos humanos. Permitir que los individuos ejerzan su conciencia sin interferencias, pone un límite a la autoridad del Estado. Esto, a su vez -reconoció- garantiza que no se violen los derechos fundamentales".

Por lo tanto, está claro "que la violación del derecho a la libertad religiosa tiene el efecto de socavar no sólo un derecho, sino toda la categoría de derechos humanos", argumentó.

El arzobispo Gallagher continuó observando que la libertad religiosa en sus dimensiones individual, colectiva e institucional enfrenta actualmente desafíos importantes.

"Es preocupante -dijo- que según algunas estimaciones, casi 4.900 millones de personas vivan en países con violaciones graves o muy graves de la libertad religiosa" y que "al menos siete de cada diez ciudadanos en el mundo son actualmente impedidos o perjudicados en el ejercicio de sus derechos en materia de conciencia”.

"Los cristianos -afirmó- son los más vulnerables a este respecto".

"Más de 365 millones de cristianos, aproximadamente uno de cada siete, enfrentan altos niveles de persecución por su fe. Los ataques a iglesias y propiedades cristianas han aumentado significativamente en 2023, y más cristianos que nunca reportaron ataques violentos".

Recordó, como muchos otros oradores, las palabras del Papa Francisco ante la ONU en septiembre de 2015, que “la medida e indicador más simple y mejor de la implementación de la nueva Agenda para el desarrollo será el acceso efectivo, práctico e inmediato, por parte de todos, a los bienes materiales y espirituales esenciales: vivienda, empleo digno y adecuadamente remunerado, alimentación adecuada y agua potable; libertad religiosa y, más en general, libertad espiritual y educación".

El arzobispo Gallagher observó luego que la Agenda 2030 está incompleta porque aborda solo una parte del florecimiento humano, dejando de lado la dimensión espiritual.

Los Estados deben ejercer una neutralidad imparcial
Al afirmar que "la libertad religiosa juega un papel decisivo en el logro del desarrollo humano integral", dijo que, "el Estado debe ejercer una neutralidad distante y garantizar a los grupos religiosos y a todos los individuos el mismo derecho a la manifestación pública de sus convicciones religiosas", y perseguir siempre el bien común. 

Concluyó afirmando que "quienes puedan disfrutar de la libertad religiosa también podrán lograr su propio desarrollo integral y serán agentes de desarrollo en la sociedad en general".

Otras intervenciones
Por su parte, el decano Scott Appleby de la Escuela Keough de Asuntos Globales de la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos) arrojó luz sobre el desarrollo humano integral (DHI), que requiere un compromiso global para lograr cambios concretos. 

El doctor Silvio Ferrari, profesor emérito de derecho y religión en la Universidad de Milán y presidente honorario del Consorcio Internacional para Estudios de Derecho y Religión en Italia, analizó la contribución de la libertad de religión o de creencias al desarrollo humano integral.

Michael Fisch, presidente del Consejo Asesor del Centro de Libertad y Prosperidad del Atlantic Council en Estados Unidos, destacó el valor de la investigación en curso y de los índices que se utilizan para comprender mejor el concepto de "libertad religiosa y el desarrollo humano integral".

En tanto la relatora especial de la ONU sobre la Libertad de Religión o Creencias, Nazila Ghanea, participó a través de un enlace de video y expresó su compromiso de continuar trabajando juntos en este tema, al tiempo que subrayó cómo las conversaciones inspiradoras y productivas sobre este tema dan un impulso renovado a los objetivos de desarrollo sostenible.

Un segundo panel exploró "Libertad religiosa y desarrollo global: evidencias, desafíos y oportunidades desde la perspectiva del desarrollo humano integral" que contó con la participación del profesor Yawovi Jean Attila de derecho canónico de la Universidad Pontificia Urbaniana; el presidente de la Religion Freedom & Business Foundation en los Estados Unidos, Brian Grim; Joseph Lemoine, director del Centro de Libertad y Prosperidad del Atlantic Council en los Estados Unidos; Katherine Marshall, directora ejecutiva del Diálogo Mundial sobre el Desarrollo de las Religiones, Universidad de Georgetown en los Estados Unidos; y Adrian Pabst, profesor de política en la Universidad de Kent y subdirector del Instituto Nacional de Investigación Económica y Social del Reino Unido.

El encuentro concluyó con una conversación interreligiosa que unió el desarrollo humano integral, la dignidad humana y la libertad religiosa y la transformación de estas ideas en políticas de Estado.+