"Ofrecer cercanía y consuelo, como una luz siempre encendida en medio de tanta oscuridad", así definió la vocación sacerdotal el Santo Padre en su encuentro con el clero en la catedral de Kinshasa.
Un hombre ingresó a la Iglesia de la Flagelación, primera parada de la Vía Dolorosa, en Jerusalén y derribó la estatua de Jesús y desfiguró su rostro.