Miércoles 24 de septiembre de 2025

'No nos callamos': misa en Constitución por los excluidos y víctimas de trata

  • 24 de septiembre, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
Mons. García Cuerva llamó a no caer en la indiferencia y a comprometerse con quienes sufren exclusión, explotación laboral y sexual, adicciones y precariedad en la Ciudad de Buenos Aires.
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La estación Constitución de la Ciudad de Buenos Aires fue escenario, el 23 de septiembre, de la 18ª edición de la misa en solidaridad con los excluidos y las víctimas de tráfico y trata de personas. La Eucaristía fue presidida por monseñor Jorge García Cuerva, arzobispo de Buenos Aires, y contó con la participación de obispos auxiliares, sacerdotes, movimientos sociales, organizaciones de trabajadores, fundaciones, integrantes de la Familia Grande del Hogar de Cristo y las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor.

Con el lema "Por una sociedad sin esclavos ni excluidos", la jornada comenzó con una feria por la inclusión y una muestra fotográfica sobre el papa Francisco.

La convocatoria se dirigió especialmente a personas en situación de prostitución, víctimas de trata laboral y sexual, migrantes, trabajadores informales, personas con consumos problemáticos y otros sectores afectados por la exclusión.

En la homilía, monseñor García Cuerva reflexionó sobre el Evangelio del Buen Samaritano y estableció un paralelo con las víctimas actuales de trata, exclusión y precarización.

"Como tantos hermanos hoy, despojados de su dignidad, despojados de futuro, despojados de sus derechos", afirmó y citó el documento de Aparecida al señalar que el sistema "los considera sobrantes y desechables".

El camino de la indiferencia
El prelado mencionó la situación de las personas en situación de calle, los cartoneros, trabajadores de plataformas, migrantes y víctimas de talleres clandestinos. También destacó la necesidad de políticas públicas específicas y reclamó continuar el diálogo con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

En su homilía, llamó a no permanecer indiferentes ante estas realidades. "Muchos siguen su camino", planteó, aludiendo al pasaje bíblico, "el camino de la indiferencia, el camino del 'no te metas', el camino del silencio cómplice".

El arzobispo porteño enumeró gestos del Buen Samaritano como guía de acción concreta: ver, conmoverse, acercarse, curar, cargar con la vida del otro y trabajar en equipo.

"Queremos aprender del Buen Samaritano", expresó y recordó palabras del papa Francisco sobre la necesidad de contacto directo con la realidad del otro y la importancia de la ternura como forma de compromiso.

El arzobispo concluyó con una exhortación a no rendirse frente a la "globalización de la impotencia" y a continuar el camino de la solidaridad activa: "No nos callamos; y seguiremos siempre gritando fuerte: no a la trata y al tráfico de personas, no a tantos hermanos excluidos en nuestra ciudad de Buenos Aires".+