Martes 23 de abril de 2024

Honras al siervo de Dios Antonio Solari, a 73 años de su muerte

  • 13 de julio, 2018
  • Buenos Aires (AICA)
En la parroquia Nuestra Señora de las Victorias se celebrará mañana, 14 de julio, el 73º aniversario del fallecimiento del siervo de Dios Antonio Solari. Participarán en la celebración las instituciones para las cuales el Siervo de Dios fue de singular importancia, como la Sociedad de San Vicente de Paúl, el Círculo Católico de Obreros, los padres redentoristas, el Consorcio de Médicos Católicos y la Orden terciaria dominica.
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En la parroquia Nuestra Señora de las Victorias (Paraguay y Libertad) se celebrará mañana, 14 de julio, el 73º aniversario del fallecimiento del siervo de Dios Antonio Solari. El acto central será una santa misa a las 19. Participarán en la celebración las instituciones para las cuales el Siervo de Dios fue de singular importancia, como la Sociedad de San Vicente de Paúl, el Círculo Católico de Obreros, los padres redentoristas, el Consorcio de Médicos Católicos y la Orden terciaria dominica.

La comunidad parroquial se fue preparando para la celebración con un triduo durante la misa vespertina de las 19, los días 11, 12 y 13 de julio. El sábado 14, día de la pascua de Antonio Solari, se hará memoria del siervo de Dios en una solemne celebración eucarística a las 19.

Siervo de Dios don Antonio Solari
Antonio Solari nació en Chiávari (Génova, Italia) en 1861. Su familia emigró a la Argentina cuando Antonio tenía unos cinco años. Debido a la muerte de su padre y a la enfermedad de su hermano mayor debió encargarse de su familia; renunció a su gran aspiración de entrar en el Seminario y abrazar el sacerdocio.

Laico redentorista, vicentino de corazón, fue un entusiasta apóstol de los necesitados. Buscó a Dios en los pobres, obreros, estudiantes, profesionales, encarcelados y a su vez, al reconocerlo y escucharlo, en todos los que lo buscaban.

El 25 de octubre de 1883 llegaron a Buenos Aires los cinco primeros padres redentoristas y se bendecía la capilla de Nuestra Señora de Las Victorias. El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Federico León Aneiros, los encomendó a Solari, quien no sólo trabó amistad con ellos sino que bebió el espíritu de San Alfonso María de Ligorio, colaborando dentro y fuera de Las Victorias en la acción misionera redentorista. Don Antonio hizo su apostolado en esta parroquia durante 64 años, hasta su muerte.

Trabajó en los tribunales actuando como oficial mayor de justicia. Simultáneamente, monseñor Aneiros le ofreció la Colecturía de Rentas en la curia eclesiástica, labor que desarrolló durante 54 años.

Ayudaba a los pobres en todas partes extrayendo dinero de "su bolsillo inagotable", y como fundador y presidente de la Conferencia Vicentina de la parroquia, junto a jóvenes profesionales y reconocidas personalidades de la cultura porteña, con quienes visitaba a los pobres semanalmente en sus hogares.

Su gran amor por la Virgen lo motivó a fundar la Archicofradía de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Desde 1919, todos los 11 de noviembre convocaba a miles de estudiantes secundarios y universitarios a la Misa del Estudiante, para lo cual contó incluso con la colaboración de Presidentes de la República, Ministros del Poder Ejecutivo y altas autoridades eclesiásticas, militares, decanos y profesores. También tuvo el cargo de protesorero del XXXII Congreso Eucarístico Internacional de 1934.

Daba catequesis a los presos de la Cárcel Correccional; enseñaba a leer a obreros en clases nocturnas; colaboró con la obra de Matrimonios Cristianos, con la fundación de un asilo para familias de obreros inválidos y con la construcción de un oratorio en el barrio de Belgrano.

Visitaba enfermos, moribundos, legalizó y regularizó matrimonios. Su mayor dedicación fueron las vocaciones sacerdotales y religiosas. Su deseo más íntimo había sido ingresar al seminario para ser ordenado sacerdote, pero no pudo realizarse pues fue el sostén económico de su familia.

Causa de beatificación y canonización
Don Antonio Solari falleció en Buenos Aires el 14 de julio de 1945. Dejó tal fama de hombre de Dios, que a su muerte la Congregación Redentorista, los Vicentinos y muchos que lo conocieron pidieron a la Iglesia que estudiara su vida y sus ejemplos, por si Don Antonio fuera digno de ser venerado, invocado e imitado en todo al Pueblo de Dios.

Al ingresar al templo de la parroquia de Las Victorias, ubicada en la esquina de Paraguay y Libertad, hay una tumba con la inscripción: "Antonio Solari, Siervo de Dios, una vida llena de Dios, pasó haciendo el bien". Sobre la tumba está su retrato.+