'No fui salesiano porque Don Bosco no quiso'
- 4 de febrero, 2025
- Buenos Aires (AICA)
El obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Alejandro Giorgi, exalumno salesiano, evocó al santo fundador en una misa en la basílica de María Auxiliadora y San Carlos, donde fue bautizado.
En la memoria litúrgica de San Juan Bosco, fundador de la congregación salesiana, el obispo auxiliar de Buenos Aires monseñor Alejandro Giorgi presidió el 31 de enero una misa concelebrada en la basílica de María Auxiliadora y San Carlos, en el barrio porteño de Almagro.
El magnífico templo lucía iluminado a pleno, lleno de fieles que participaron con manifiesto fervor en los cantos y oraciones del oficio que el prelado concelebró con cinco sacerdotes.
A 40 años de haber entrado, ya siendo médico, en el seminario arquidiocesano, y llevando 34 años de sacerdocio, monseñor Giorgi dijo que cuando le preguntan por qué, siendo exalumno del colegio San Francisco de Sales, no fue sacerdote salesiano, él responde: "Porque Don Bosco no quiso".
Explicó la aparente paradoja de esa afirmación, ya que todo lo que hizo como sacerdote y obispo, dijo, tiene que ver con haber sido alumno de los salesianos, una marca indeleble que le imprimió el carácter de esa espiritualidad.
"Creo que Don Bosco quiso que no fuera salesiano para servir mejor a la familia salesiana", expresó, para que pudiera transmitir a otros, siendo diocesano, ese espíritu de alegría que caracteriza a la educación preventiva impresa en los colegios por el fundador, y que se captaba en "enseñanzas, gestos, oraciones que hemos aprendido en el patio" tanto como en las clases o la capilla.
Buscando el hilo de su existencia, recordó que toda su vida fue ser educador, trabajar con los jóvenes, que se renuevan permanentemente. Y apenas un año después de haber sido ordenado sacerdote, el arzobispo de Buenos Aires lo llamó para ser formador en el seminario. Luego fue rector y tuvo así que ver con la formación de más de un centenar de sacerdotes diocesanos. Y más tarde, el obispo fue muchos años, hasta hace unos meses, vicario para la juventud.
Ante una concurrencia compenetrada con el espíritu de Don Bosco, entre ellos muchos exalumnos de los padres salesianos y exalumnas de las hijas de María Auxiliadora, monseñor Giorgi dijo que al día siguiente era un nuevo aniversario del día en que fue bautizado en esa misma basílica y comentó que el año próximo él y sus compañeros cumplirán 50 años de egresados del secundario.
Evocó especialmente a un sacerdote, el padre Santiago, que teniendo el colegio como 900 alumnos, no llamaba a un chico diciéndole "Che, flaco" o "Che, rubio", sino conociendo a cada uno por su nombre de pila. Y cuando estaba en el seminario recibió por correo el mismo día de su cumpleaños, el 25 de enero, una postal del padre Santiago felicitándolo. "Pienso ¿cómo hacía?", se preguntó. Y explicó: "Son cosas que los exalumnos salesianos hemos experimentado y que a uno le resultaban algo de lo más normal".
"Y Don Bosco quiso que les transmitiera eso a los sacerdotes diocesanos", concluyó.
Animó a leer cartas de Don Bosco "que sólo pueden provenir de un hombre traspasado por el amor de Dios". Señaló que en su familia hay cuatro generaciones de exalumnos de Don Bosco. Dijo a todos los presentes: "Nunca terminaremos de valorar lo que es para nosotros la devoción a María Auxiliadora y su presencia en este lugar sagrado". Recordó asimismo que pudo celebrar misa dos veces en la primera capilla de Don Bosco.
"Nosotros somos privilegiados de Dios", contó que le dijo una persona formada en la educación salesiana, "los que hemos conocido a través de Don Bosco a María Auxiliadora".
"Estamos en el corazón de la Virgen", afirmó el obispo. Y animó a invocar a María Auxiliadora en la hora de la muerte.
En la oración de los fieles los asistentes repetían: "Con Don Bosco, te lo pedimos, Señor". Entre otras intenciones, se pidió por el papa Francisco, bautizado en ese mismo templo, para que la luz de Cristo lo ilumine y tome las decisiones más convenientes para la Iglesia y para el mundo.+ (Jorge Rouillon)