Lunes 6 de octubre de 2025

Córdoba: los migrantes y los 'cascoteados' en el centro de la oración a la Virgen

  • 6 de octubre, 2025
  • Córdoba (AICA)
Procesión y misa en honor de la patrona. "María enseña a permanecer de pie en medio de las tormentas, a mirar con amor lo esencial y a poner el corazón en el servicio", recordó el cardenal Rossi.
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Una multitud de fieles se acercó el 5 de octubre a la basílica de Santo Domingo para saludar a Nuestra Señora del Rosario del Milagro y acompañarla en procesión hacia la catedral de Córdoba. Entre cantos, oraciones y pañuelos al aire, el pueblo cordobés volvió a mostrar su fe viva, su gratitud y su amor a María.

La misa central fue presidida por el cardenal Ángel Rossi SJ y concelebrada por los obispos auxiliares monseñor Ricardo Seirutti, monseñor Horacio Álvarez y monseñor Alejandro Musolino SDB; junto al arzobispo emérito, monseñor Carlos Ñáñez; y los vicarios, presbíteros Melchor López, Munir Bracco y Osvaldo Morero.

Acompañaron también sacerdotes de esta jurisdicción eclesiástica, consagradas y consagrados, y una gran representación del pueblo fiel que, con devoción y alegría, caminó junto a la Virgen.

Estuvieron presentes, además, autoridades provinciales y municipales; entre ellas el intendente de Córdoba, Daniel Passerini; el viceintendente, Javier Pretto; la vicegobernadora, Miriam Prunotto; la secretaria de la Mujer, Claudia Martínez; y la directora general de Culto, Mara Pedicino Keuroghlian.

En el marco del Jubileo Arquidiocesano, y en sintonía con el llamado del papa Francisco a ser "Peregrinos de Esperanza", la procesión sirvió para renovar la fe y se pidió por un mundo más justo, fraterno y solidario, iluminado por el amor de la Virgen.

Este año se puso la mirada sobre los migrantes, "esas barcas que buscan un puerto seguro", como expresó el cardenal en su homilía. Muchas comunidades trajeron las imágenes de sus patronas, mostrando que la Iglesia es una sola familia que abraza con amor su diversidad.

"Necesitamos mirar a los ojos a los que llegan -recordó el arzobispo- para abrirles los brazos y el corazón. Que en ellos no encuentren la frialdad de la indiferencia, sino la ternura del abrazo cristiano".

Durante su homilía, el cardenal Rossi invitó a mirar a María como "la mujer que camina con prontitud", aquella que "sale de su casa sin demora para acompañar, consolar y servir".

 "Camina nuestras calles, entra en las casas, en los hospitales, en las cárceles, en los asilos, y nos susurra con ternura: ¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?", planteó.

El arzobispo cordobés también recordó que María enseña a permanecer de pie en medio de las tormentas, a mirar con amor lo esencial y a poner el corazón en el servicio.

"Ella encarna un protagonismo que no le tiene miedo a la ternura, que dignifica a quien está caído y que se hace cercanía concreta", expresó.

Al llegar a la catedral, la procesión se convirtió en un gran abrazo comunitario. Los aplausos y cantos se mezclaron con lágrimas y sonrisas. 

"Venimos a María para vendar nuestras heridas, consolar nuestros duelos, liberarnos de los miedos. Pero también salimos de aquí enviados, misionados, para llevar su consuelo a los más cascoteados por la vida", concluyó.

Más información, en www.arzobispadocba.org.ar y redes sociales.+

» Texto completo de la homilía