La RCC renueva su llamado a un liderazgo que inspira y fortalece la comunión
- 17 de noviembre, 2025
- Villa Giardino (Córdoba) (AICA)
Mons. Adolfo Canecín y el padre Marcelo Toledo encabezaron las celebraciones y predicaciones, en un encuentro marcado por la renovación de servicios y la certeza del amor de Dios.
La Renovación Carismática Católica (RCC) de la Argentina llevó adelante su Encuentro Nacional de Servidores y Grupos de Oración 2025 en la localidad cordobesa de Villa Giardino. La jornada comenzó con una misa presidida por el obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecín, asesor episcopal de la RCC, quien invitó a los participantes a vivir con mayor profundidad la sinodalidad en la vida eclesial.
Durante su homilía, monseñor Canecín destacó la importancia de un liderazgo que se abra al discernimiento comunitario, permanezca en comunión con la Iglesia y conozca sus líneas de acción actuales, especialmente a la luz del Sínodo de la Sinodalidad.
El prelado subrayó la necesidad de "vivir una espiritualidad sinodal", promover la transparencia, la participación efectiva y una actitud misionera dentro de la RCC. Recordó además el lema convocante del encuentro: "Un liderazgo que inspira, comunidad que crece".
En el marco del encuentro se realizó la presentación del trabajo correspondiente al trienio que concluye. El coordinador nacional de la RCC, Juan Jorge Sobrero, junto a los equipos regionales y las secretarías, expuso los avances y tareas desarrolladas. Además, se anunció que el padre Marcelo Toledo, de la diócesis de Río Gallegos, es el nuevo Asesor Nacional, mientras que Sobrero continuará en su función como coordinador nacional.

La predicación de la misa del sábado estuvo a cargo del padre Toledo, entonces viceasesor nacional, quien reflexionó sobre las cualidades fundamentales del liderazgo cristiano. Señaló tres ejes esenciales: la obediencia a Dios, la memoria agradecida de las maravillas realizadas por el Señor y la centralidad de la oración. Destacó que la oración es indispensable en la vida espiritual y que "es el oxígeno para el alma", invitando a no abandonarla en tiempos de dificultad.
La misa de clausura fue celebrada nuevamente por monseñor Canecín. En su homilía, llamó a los participantes a vivir el año litúrgico como camino pedagógico para crecer espiritualmente, especialmente en la antesala de la solemnidad de Cristo Rey.
Invitó a mirar el final de la vida con esperanza, confiando en la misericordia de Dios. También animó a caminar en comunión con los obispos y a integrar los objetivos de Charis en los planes pastorales. Reafirmó la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en línea con el documento conclusivo de la sinodalidad.
Monseñor Canecín exhortó a los presentes a vivir con la certeza del amor de Dios, a reconocer la propia dignidad y a buscar siempre la voluntad divina. Recordó el canto "Si gozáramos", de San Francisco, como una ayuda para descubrir el modo en que Dios conoce y ama a cada persona. Concluyó alentando a confiar en la obra que Dios realiza en los corazones y en los hermanos, siguiendo el ejemplo de San Pablo, quien se supo profundamente amado por el Señor.
El encuentro finalizó con un clima de acción de gracias por las bendiciones recibidas y con el llamado a seguir construyendo una RCC en comunión, misión y sinodalidad.+
