"Las tragedias de los últimos meses, que tristemente nos obligan a volver la mirada hacia el este de Europa, no deben hacernos olvidar lo que ocurre en Siria desde hace doce años", dijo pontífice.
En Corpus, recordó que la "adoración eucarística encuentra su verificación cuando cuidamos del prójimo" y advirtió el riesgo de confinar la Eucaristía a una dimensión vaga.
Tras el Ángelus, el Papa insta a preguntarse si cada uno está o no cerca de comprender y solidarizarse con un pueblo "martirizado" que sufre. También pidió no olvidarse de la violencia en Myanmar.
Al recibirlos, el Papa insistió en la necesidad de una comunicación limpia y completa, y animó a comunicar de forma aguda y clara, dando testimonio con la propia vida como con el Evangelio.