Jueves 28 de marzo de 2024

El Papa recordó las claves del liderazgo femenino

  • 11 de marzo, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Francisco recibió a los miembros de la fundación Centesimus Annus y una red de universidades católicas con motivo de la publicación de un libro sobre la contribución de las mujeres a un mundo mejor.
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“El proyecto de Dios Creador es un proyecto ‘esencialmente inclusivo’, que pone en el centro precisamente a los habitantes de la periferia existencial; es un proyecto que, como una madre, mira a sus hijos como a los diferentes dedos de una misma mano”, afirmó el papa Francisco, este sábado 11 de marzo, al recibir en audiencia a los miembros de la Fundación Centesimus Annus Pro Pontifice y de la Alianza Estratégica de Universidades Católicas de Investigación (Sacru), con motivo de la presentación del volumen: “Más liderazgo femenino para un mundo mejor. El cuidado como motor de nuestra Casa Común”. 

El encuentro comenzó con las palabras de presentación del rector de la Universidad Católica y vicepresidente de la Sacru, Franco Anelli, quien se dirigió al Santo Padre: “Con emoción llamamos su atención sobre la actividad de la Alianza Estratégica de Universidades Católicas de Investigación. Nacida en 2020, es una red de ocho universidades en diferentes continentes, desde Europa hasta América del Sur y del Norte, Japón, Australia, que tiene como objetivo fortalecer la colaboración entre las universidades católicas en el cumplimiento de su misión de búsqueda constante de la verdad y la sabiduría, y de testimonio público de los valores cristianos". 

A continuación, la presidenta de la Fundación Centesimus Annus, Anna Maria Tarantola recordó al Papa que “ayer presentamos el volumen 'Más liderazgo femenino para un mundo mejor', que abre con su precioso prólogo”. El volumen contiene los resultados de una investigación conjunta realizada por 15 académicos de diferentes disciplinas de 10 universidades católicas en 8 países alrededor del mundo” y aseguró al pontífice que “nuestra investigación es el inicio de un camino estimulado por su enseñanza”.

No permanecer en silencio ante el flagelo de nuestro tiempo
“¡No dejemos sin voz a las mujeres víctimas de abuso, explotación, marginación y presiones indebidas! Expresemos su dolor y denunciemos con fuerza las injusticias a las que son sometidos, muchas veces en contextos que los privan de toda posibilidad de defensa y redención”, afirmó Francisco en su discurso.

El Papa detalló tres aspectos del cuidado de los demás “como la contribución de las mujeres a una mayor inclusión, un mayor respeto por los demás y una nueva forma de enfrentar los nuevos desafíos”. 

En primer lugar, para una mayor inclusión: “Una y otra vez”, subrayó el Papa, “he recordado con fuerza que la diversidad nunca debe conducir a la desigualdad, sino al reconocimiento y la aceptación mutua. La verdadera sabiduría, con sus múltiples facetas, se aprende y se vive caminando juntos, y sólo así puede convertirse en generadora de paz”.

Esta obra, recordó el Santo Padre, “es por tanto una invitación, gracias a las mujeres y para las mujeres, a no discriminar sino a integrar a todos, en particular a los que se encuentran en desventaja económica, cultural, racial, religiosa o por razón de su género”.

El segundo aspecto en el que insistió Francisco es la contribución de la mujer a un mayor respeto por los demás. “Se debe respetar la dignidad y los derechos fundamentales de cada persona: educación, trabajo, libertad de expresión. Esto es especialmente cierto para las mujeres, que son más fácilmente víctimas de la violencia y el abuso. No podemos quedarnos callados ante este flagelo de nuestro tiempo”, explicó. 

El Papa los invitó a ser “la voz de su dolor, y denunciemos con fuerza las injusticias de las que son víctimas, a menudo en contextos que les privan de cualquier posibilidad de defensa y redención”. 

El último elemento es la capacidad de las mujeres para afrontar nuevos retos. “La especificidad insustituible de la contribución de las mujeres al bien común es innegable”, recordó Francisco. Y para citar las grandes figuras femeninas, ya sean mencionadas en la Sagrada Escritura o como parte de la tradición de la Iglesia: Sara, Rebeca, Judit, Susana, Rut, hasta María y las mujeres que siguieron a Jesús hasta la cruz, pero también Catalina de Siena, Josephine Bakhita, Edith Stein, Teresa de Calcuta y tantas otras.

“Más allá de los estereotipos de un cierto estilo hagiográfico, son personas impresionantes por su determinación, su coraje, su fidelidad, su capacidad de sufrir y transmitir alegría, su honestidad, su humildad, su tenacidad”, subrayó el obispo de Roma. 

Finalmente, el Papa quiso recordar otro aporte de las mujeres a su juicio en un mundo hecho de cambios: “saben sintetizar de manera única, en su forma de actuar, tres lenguajes: el del espíritu, el del corazón y el de las manos”, apuntó. Un aporte imprescindible en un mundo marcado por las máquinas y el avance de la inteligencia artificial.+