"Es una situación apocalíptica", dijo el arzobispo de Alepo. Ante la emergencia se activó la ayuda de la Iglesia, abierta a todos, católicos y ortodoxos, cristianos y musulmanes, turcos e inmigrantes.
La situación en Antioquía es dramática. La mitad de la ciudad está destruida. La parroquia católica de San Pedro y San Pablo permaneció en pie y acoge a los desplazados.
El responsable de Cáritas Anatolia habló de "daños graves y cuantiosos". "Nos tomó de sorpresa", manifestó. Quedó destruida la pista del aeropuerto de Hatay y varios hospitales resultaron afectados.
En dos telegramas a los nuncios en Turquía y en Damasco, el papa Francisco expresó sus condolencias por las víctimas del violento terremoto registrado anoche con epicentro en Kahramanmaras.