Finalizado su viaje apostólico a Bélgica y Luxemburgo, Francisco mantuvo la tradicional conferencia con los periodistas durante el viaje de regreso al Vaticano.
"Condenen a los abusadores y ayúdenlos a curarse de esta enfermedad del abuso. En la Iglesia hay lugar para todos. Pero no hay lugar para el abuso ni para encubrirlo. Serán juzgados", pidió el Papa.
"El diálogo interreligioso entre los jóvenes requiere coraje, porque la juventud es la edad del coraje", señaló el Papa a los representantes juveniles de los credos.
El Papa se dirigió a ese centro asistencial y hospitalario de 90 años de antigüedad situado en las afueras de la ciudad. Allí, aseguró sus oraciones y su perdón a cada residente.