El arzobispo de Córdoba presidió la misa de Pentecostés en la catedral y animó a "dejar que el viento del Espíritu barra nuestros impedimentos, que quite aquello que nos aleja de Dios".
"En Pentecostés, con la fuerza del Espíritu Santo, encuentra la dirección, el entusiasmo y el fervor para no encerrarse", destacó el arzobispo de Mendoza en su homilía dominical.
El obispo de Concepción destacó la importancia de la espiritualidad y de la interioridad, frutos de la acción del Espíritu Santo, como respuesta a un mundo que está sediento de Dios.
El arzobispo de San Juan de Cuyó reflexionó sobre la idea de los desiertos interiores y recordó: "Una de las mayores angustias que padece la humanidad es la soledad".