Mons. Lozano: 'Nos gusta recibir visitas'
- 5 de mayo, 2024
- San Juan (AICA)
El arzobispo de San Juan de Cuyo explica la implicancia profunda, para los cristianos, de ir a misionar y sugiere algunos "tips" para ese encuentro con el otro, al llevarle el mensaje de Jesús.
Monseñor Jorge Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo, destacó que ser visitados por los amigos alegra el corazón, porque “compartimos historias vividas en común, situaciones que nos pueden estar afligiendo, logros personales y de la familia”.
“Abrirnos con confianza nos hace mucho bien”, aseguró en su reflexión semanal.
“Cuando alguien está enfermo, la visita tienen un gran valor de consuelo, de paz. Y ni te digo si la visita es a un preso, donde hay que sortear una serie de barreras. Pienso también en tantas personas mayores que están en geriátricos, sin el contacto periódico de la familia”, ejemplificó.
El arzobispo sanjuanino aseguró que “la vocación misionera de la Iglesia es un llamado a ir al encuentro de otros para compartir la cercanía de Dios con su Pueblo”, y graficó: “Habitualmente lo plasmamos en ir de dos en dos, casa por casa, para llevar el amor de Jesús”.
“El Papa Francisco nos presenta un sencillo esquema a desarrollar en su exhortación apostólica Evangelii gaudium,nro. 128. Lo primero, es saludar con amabilidad, presentándonos si no nos conocen, diciendo a qué comunidad pertenecemos”, sintetizó.
“Conversar acerca de los miembros de la familia, dando espacio a compartir ‘sus alegrías, sus esperanzas, las inquietudes por sus seres queridos y tantas cosas que llenan su corazón’”, puntualizó a continuación.
Y aclaró: “No se trata de entregar un folleto, como haciendo propaganda. Vamos sin apuro. Muchas personas -y nos puede suceder a nosotros- están muy solas y tienen necesidad de contar lo que les pasa, ser escuchados con atención”.
Monseñor Lozano consideró que, “después de esta conversación, se les puede presentar la Palabra que ilumina, sea leyendo algún párrafo o narrando un pasaje conocido, ‘pero siempre recordando el anuncio fundamental: el amor personal de Dios que se hizo hombre, se entregó por nosotros y está vivo, ofreciendo su salvación y su amistad’”.
“Será importante también compartir el testimonio personal. La misión nos involucra; no se trata de decir un discurso de memoria, el mismo en cada familia y época del año. Buscamos llevar la alegría y el consuelo de Dios. Por eso, decimos con certeza que el principal protagonista de la misión es el Espíritu Santo”, recordó.
“‘Si parece prudente y se dan las condiciones, es bueno que ese encuentro fraterno y misionero termine con una breve oración, relacionada con lo que hayamos conversado. También se pueden anotar intenciones para ofrecer en la misa de la parroquia o la capilla”, propuso, y subrayó: “Aunque parezca obvio, nunca recibir dinero; si la gente quiere colaborar, que vaya personalmente a la parroquia o capilla”.+