Viernes 26 de abril de 2024

Sugerencias para la homilía del primer domingo de Cuaresma

  • 15 de febrero, 2013
  • Corrientes (AICA)
Es preciso observar, en la lectura asidua de los Evangelios, la ética que rige cada uno de lus mínimos gestos y la totalidad de lus palabras de Jesús, dice el arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo S. Castagna, en sus sugerencias para la homilía del próximo domingo primero de Cuaresma. La vida de Cristo, señala, es el manantial iluminador de la conducta cristiana de sus seguidores. Con Él se aprende a conformar, con absoluta fidelidad, la propia vida con la voluntad del Padre. Allí está el secreto de una vida humana realizada personal y socialmente, y no en los ensayos sin alcance trascendente que acaban, por lo común, en el fracaso y la desilusión.
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Es preciso observar, en la lectura asidua de los Evangelios, la ética que rige cada uno de lus mínimos gestos y la totalidad de lus palabras de Jesús, dice el arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo S. Castagna, en sus sugerencias para la homilía del próximo domingo primero de Cuaresma. La vida de Cristo, señala, es el manantial iluminador de la conducta cristiana de sus seguidores. Con Él se aprende a conformar, con absoluta fidelidad, la propia vida con la voluntad del Padre. Allí está el secreto de una vida humana realizada personal y socialmente, y no en los ensayos sin alcance trascendente que acaban, por lo común, en el fracaso y la desilusión. Texto completo.

Tentaciones actuales del desierto de siempre
Jesús, como verdadero hombre, debió sufrir la tentación: "Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días" (Lucas 4, 1-2). Prolongada tentación que no lo encuentra desprevenido ya que estaba "lleno del Espíritu Santo" y, en consecuencia, sin la mínima mácula del pecado que aqueja a la totalidad de los mortales. Su asombrosa humildad lo conduce a padecer, lo que todos los hombres padecen, para dejarles un modelo de comportamiento fiel a la voluntad del Padre. Por ello, es preciso observar, en la lectura asidua de los Evangelios, la ética que rige cada uno de sus mínimos gestos y la totalidad de sus palabras. Como lo fue en Pablo y los demás Apóstoles, la vida de Cristo es el manantial iluminador de la conducta cristiana de sus seguidores. Con Él se aprende a conformar, con absoluta fidelidad, la propia vida con la voluntad del Padre. La exhortación reiterada, con machacona insistencia, se refiere a la práctica de la "voluntad del Padre". Allí está el secreto de una vida humana realizada personal y socialmente, y no en los ensayos sin alcance trascendente que acaban, por lo común, en el fracaso y la desilusión.

Cuaresma 2013
El comienzo de la Cuaresma del año 2013 nos sorprende como un desafío ineludible. Su contenido de Palabra de Dios responde a las necesidades más urgentes de nuestro tiempo. El Año de la fe se interna, sin dilaciones, en el año calendario que no se da pausa. Perderlo es desaprovechar la oportunidad única. Las consecuencias que arrastramos, causadas por sucesivos y repetidos errores, ha inclinado la bandeja de la historia favoreciendo el desplazamiento, como un enorme tobogán, hacia el abismo de situaciones dolorosas e irreversibles. Es un momento privilegiado para detener la caída y tomar la vida en serio. Se requiere, para ello, una buena dosis de humildad y acudir al desierto acondicionado por la reflexión profunda, la escucha de la Palabra y la oración. La Cuaresma, que la Iglesia celebra cada año como preparación inmediata a la solemne liturgia de la Pascua, nos ayuda para recrear el desierto y salir de él exhaustos y victoriosos como Jesús. La Palabra reclama conversión e incluye una ascesis que trasciende la superficie en la que nos movemos, hasta lograr un auténtico cambio de vida. La Palabra es gracia o, según San Pablo a los romanos: "poder de Dios y salva al que cree". En el texto de Lucas que se ha proclamado, Jesús contrapone a las propuestas demoníacas, textos diversos de la Escritura. Pero Él es la Palabra que la Escritura anuncia y en Él se produce ese poder que salva al que cree y desarma al demonio.

Vocación bautismal: consistente y segura
No hay que olvidar la centralidad de Cristo en estas tradicionales celebraciones. Tal es el realismo de la Encarnación que al mismo demonio se le oculta la verdadera identidad del Señor. Las tentaciones del desierto prefiguran a las que asedian constantemente la vida de los hombres. Allí aprenden a vencerlas, asistidos por la gracia de la Palabra. Es urgente llevar al conocimiento del mundo la presencia actuante de Jesucristo resucitado. La Cuaresma actualiza la conciencia de que el pecado ha sido vencido y lo será en cada uno de los que "creen en su Nombre". Para ello es preciso mantener despierta esa conciencia mediante la práctica cuaresmal. Consiste en la lectura orante de la Escritura, en la celebración de los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía, en la oración, en el ayuno y en la limosna. La fidelidad a la vocación cristiana extrae, de esos medios, la consistencia y seguridad que no lograría de otra manera.

Modelo contemporáneo de fidelidad a la Verdad
Estamos iniciando un tiempo, ultrajado sin escrúpulos por algunos sedicentes "católicos", que constituye la oportunidad de vivir en la verdad del Evangelio. Me refiero a la Cuaresma. La valiente renuncia del papa Benedicto XVI dio lugar a disímiles opiniones. Una sensatez, excepcionalmente generalizada, pondera la decisión admirable del Papa. Estremece escuchar y leer lo que dicen y escriben algunos personajes de los distintos niveles de nuestra sociedad. Benedicto XVI, internado como su Maestro en el desierto de su misión única e intransferible, sufrió el riesgo de una decisión difícil, al experimentar la debilidad de su avanzada edad, y se decidió por la voluntad de Dios debidamente discernida. Por amor a la Iglesia, que él advierte necesitada de un Pontífice con sus energías físicas y psíquicas íntegras, da humildemente un paso al costado. La agonía de Jesús en Getsemaní constituye la fuente inagotable de la que extraen energías sobrenaturales discípulos como Benedicto XVI. Es éste un momento para la oración y no para frívolos comentarios y especulaciones políticas.+