Jueves 21 de noviembre de 2024

'Nadie debe sentirse solo en la enfermedad', insistió el Papa

  • 13 de abril, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Al recibir a los miembros de la Asociación Religiosa Italiana de Institutos Sociales y de Salud (ARIS), Francisco elogió el testimonio ejemplar de la Iglesia en el cuidado de los enfermos.
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"Nadie debe sentirse solo en la enfermedad", insistió el papa Francisco, mientras se dirigía a los miembros de la Asociación Religiosa Italiana de Institutos Sociales y de Salud (ARIS), a los que recibió este jueves en el Vaticano.

Expresando su aprecio y aliento, el Papa observó que ARIS participa en la gestión de establecimientos de salud de inspiración cristiana, y podría compararse con la posada del Buen Samaritano, ya que allí los enfermos pueden recibir "el aceite del consuelo y el vino de la esperanza".

El Papa recordó que la sanidad religiosa en Italia tiene una historia hermosa y varias veces centenaria: “La Iglesia ha hecho mucho, a través de la salud, para escuchar y prestar atención a los sectores pobres, débiles y abandonados de la sociedad. No faltaron testigos autorizados en este ámbito, que han sabido reconocer y servir a los enfermos y a Cristo sufriente hasta el don total de sí mismos, incluso con el sacrificio de la propia vida".

En cuanto al ámbito de la sanidad, el Papa también advirtió contra la cultura del descarte: “Cuando no se pone al enfermo en el centro y no se le considera en su dignidad, se generan actitudes que pueden llegar incluso a especular sobre las desgracias ajenas, y esto debe hacernos estar alerta”.

Como Iglesia, instó el Santo Padre, “estamos llamados a responder sobre todo a la demanda de salud de los más pobres, los excluidos y de aquellos que, por razones económicas o culturales, ven ignoradas sus necesidades”.

Deber de defensa del derecho al cuidado
Asimismo, el pontífice lamentó que en Italia se vea un retorno de la 'pobreza sanitaria', especialmente en las regiones marcadas por situaciones socioeconómicas más difíciles.

“Hay personas que, por falta de medios, no pueden buscar tratamiento, para las que incluso el pago de un copago es un problema; y hay personas que tienen dificultades para acceder a los servicios de salud por las listas de espera muy largas , incluso para visitas urgentes y necesarias".

La necesidad de cuidados intermedios también es creciente, añadió, “dada la creciente tendencia de los hospitales a dar de alta a los enfermos en poco tiempo, favoreciendo el tratamiento de las fases más agudas de la enfermedad frente a las patologías crónicas”. 

“La sanidad de inspiración cristiana -señaló el Papa- tiene el deber de defender el derecho a la atención, especialmente de los sectores más débiles de la sociedad, privilegiando los lugares donde las personas sufren más y están menos cuidadas”.

El Papa animó a los trabajadores de la salud a acompañar siempre a las personas que acogen en sus instituciones con una atención integral, que no descuide la asistencia espiritual y religiosa de los enfermos, sus familias y los trabajadores de la salud.

También en esto, exhortó, las instituciones sanitarias de inspiración cristiana "deben ser ejemplares". “No se trata sólo de ofrecer una atención pastoral sacramental, sino de dar una atención integral a la persona”, completó.

Nunca solo en la enfermedad
"¡Nadie debe sentirse solo en la enfermedad!" sostuvo también Francisco. "Por el contrario, cada persona debe ser sostenida en sus preguntas de sentido y ayudada a caminar con esperanza cristiana el camino, a veces largo y fatigoso, de la enfermedad", añadió.

El Papa concluyó pidiéndoles a los miembros de ARIS que "mantengan vivo el carisma de sus fundadores, no tanto para imitar sus gestos, sino para acoger su espíritu, no tanto para defender el pasado, sino para construir un presente y un futuro en el que se anuncia, con la presencia de ustedes, la cercanía de Dios a los enfermos, especialmente a los más desfavorecidos y marginados por la lógica del beneficio”.

Por último, el Santo Padre pidió a la Santísima Virgen que los acompañara, mientras les ofrecía su bendición y les pedía que oraran por él.+