Mons. Olivera: 'Rezar por alguien es reconocer su valor fundamental'
- 6 de noviembre, 2024
- Buenos Aires (AICA)
El obispo castrense y para las Fuerzas Federales de Seguridad presidió la misa por los Fieles Difuntos en la catedral Stella Maris, sede del ordinariato, donde valoró también la fe en la resurrección.
El obispo castrense y para las Fuerzas Federales de Seguridad de la Argentina, monseñor Santiago Olivera, presidió el lunes 4 de noviembre la misa por los fieles difuntos en la catedral Stella Maris, ubicada en el barrio porteño de Retiro y sede del ordinariato.
Los capellanes castrenses de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas Federales de Seguridad concelebraron la Eucaristía, de la que participaron además el jefe del Estado Mayor Conjunto, brigadier general Xavier Julián Isaac; el jefe del Estado Mayor General de la Armada Argentina, vicealmirante Carlos María Allievi; el subjefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier mayor Néstor Guajardo; los generales de Brigada, Gustavo Re, Roberto Herrera y Rolando Senmartin (los tres en representación del Ejército Argentino); el subdirector nacional de Gendarmería, comandante general D. Javier Reniero; el prefecto general de la Prefectura Nacional, Alejandro Annichini;y la directora general de Planificación de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Carolina Estebarena.
En la homilía, monseñor Olivera señaló: "Realizamos un acto de justicia, al recordar a aquellos hermanos nuestros que se nos han adelantado y han vivido su propia pascua en acto de servicio". Y añadió: "Escuchamos recién las palabras de la guía de esta santa misa, que nos dijo entre otras cosas: 'Uno de los valores de gran importancia en nuestras queridas instituciones es el recuerdo de aquellos que han dado su vida por Dios y por la Patria'. Signo de ello es que, siempre, todo acto institucional cuenta con un homenaje a los caídos de todos los tiempos".
"Es la fe la que hace descubrir esta solidaridad fundamental del pueblo de Dios", planteó, y consideró: "El creyente es un hombre realista. Su fe en Dios proyecta una potente luz sobre la naturaleza humana y descubre no sólo su dignidad, sino también sus limitaciones. No se engaña con honras fúnebres que sólo honran parte de la realidad. El creyente honra a sus difuntos cuando ora por ellos o cuando les pide su intercesión. Rezar por alguien es reconocer su valor fundamental y desearle lo mejor. No acepta el creyente que el hombre, imagen y semejanza de Dios, se disuelva en la nada, ni que el Padre deje morir a sus hijos para siempre".
A su vez, señaló que "nosotros nos sumamos a esa fe, pero iluminada por el gran acontecimiento Pascual por el cual Cristo venció a la muerte con su propia muerte y, con su Resurrección, nos ganó la vida para siempre". Y agregó: "Estamos transitando el camino al Jubileo Diocesano del 2027, en el año de la fe. Creemos y le pedimos al Señor que nos aumente la fe".
El prelado concluyó indicando que "Jesús nos recuerda la clave de nuestra fe: Él es la resurrección y la vida, los que creen en Él, aunque mueran vivirán y, los que creemos en Él, no moriremos para siempre. En este día, en que conmemoramos a todos los fieles difuntos, se nos invita a renovar la propia fe. Y porque rezamos por ellos, anunciamos nuestra fe en la Vida eterna. El Señor es nuestra Luz, que ilumina siempre".+