Jueves 2 de enero de 2025

Mons. García Cuerva destacó la importancia de ser sostén de la esperanza

  • 30 de diciembre, 2024
  • Buenos Aires (AICA)
Fue al abrir el Año Santo en la Arquidiócesis de Buenos Aires en la catedral porteña. "El Jubileo es una experiencia intensa de gracia y esperanza para todo el pueblo", aseguró.
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El arzobispo de Buenos Aires,  monseñor Jorge García Cuerva, celebró el 29 de diciembre la apertura del Año Santo en la catedral metropolitana, donde recordó que "el jubileo es una intensa experiencia de gracia y esperanza para todo el pueblo" y destacó la importancia de ser "peregrinos de la esperanza".

Luego de que el Papa Francisco abriera la Puerta Santa en San Pedro, la Arquidiócesis se unió a este camino de gracia y misericordia que celebra la Iglesia cada 25 años.

En la homilía, monseñor García Cuerva recordó: "La peregrinación, nos dice el Papa, es un elemento fundamental del Jubileo porque ponerse en camino es un gesto típico de quienes buscan sentido a sus vidas".

"La Palabra de Dios no es estática, y si estamos estáticos, quietos, no vamos a escuchar su Palabra. Termina diciendo Francisco, a Dios se lo descubre caminando", agregó.

"La Sagrada Familia de Jesús peregrina", destacó el arzobispo porteño y puntualizó: "Eso lo hacen notar los verbos que aparecen en el Evangelio, los verbos son: iban, subieron, regresaron, caminaron. Constantemente en movimiento".

Asimismo, tomó como ejemplo a los pastores que se acercaron al pesebre en Belén: "Nos dice también el Papa que tenemos que aprender de ellos, porque la esperanza que nace en la noche no tolera la indolencia del sedentario ni la pereza de quien se acomoda en su propio bienestar".

Monseñor García Cuerva exhortó a la Iglesia porteña a no ser "sólo peregrinos, no sólo ponernos en camino, sino a ser peregrinos de esperanza".

"El verbo que así lo marca en el Evangelio es que María y José buscaron al niño que se les había perdido. Quieren recuperar la paz, no se resignan ante lo que está mal, no bajan los brazos, no se dan por vencidos ni derrotados", graficó.

El arzobispo porteño compartió su deseo de que, como María y José, "también nosotros en este Jubileo recuperemos no solamente el entusiasmo y las ganas de peregrinar, de caminar, de mover nuestro corazón, de poner nuestra vida en marcha, sino también que nos podamos sostener en la esperanza".

"Por eso el Papa nos habla de una alianza social para la esperanza que incluya a todos. Ser signos de esperanza para tantos hermanos de nuestro pueblo que la están pasando mal", planteó y profundizó: "Cuánta gente que necesita de esa esperanza y por eso nosotros también buscarla en medio del dolor de nuestro pueblo".

Monseñor García Cuerva recuerda que el Evangelio dice en dónde buscaron la esperanza María y José. "Buscaron entre parientes y conocidos, buscaron en Jerusalén y buscaron en el Templo", indicó e invitó: "A buscar nosotros también la esperanza entre parientes y conocidos, buscar también la esperanza en medio de nuestro pueblo".

"Nosotros queremos buscar la esperanza en Buenos Aires. Queremos buscar la esperanza entre las calles de esta hermosa ciudad tan desafiante, esta ciudad que también amamos y nos duele", precisó y completó: "Nosotros vamos a buscar la esperanza en nuestras iglesias jubilares, que serán un oasis de espiritualidad para beber allí de la esperanza, acercándonos al sacramento de la reconciliación".

"Recordemos que se simboliza la esperanza con un ancla, un ancla que sostiene en medio de las tormentas", destacó y señaló: "A veces nuestra vida también está muy sacudida por tormentas, por las olas, por cosas que no entendemos. Y entonces, ¿qué mejor que sostenernos anclados en esta esperanza?".

Al finalizar su homilía, el arzobispo de Buenos Aires citó una frase de un escritor y dramaturgo checo "La esperanza no es la convicción de que las cosas saldrán bien, sino la certidumbre de que todo tiene sentido" y animó: "Vivamos con esa certeza. Todo tiene sentido porque Dios no nos abandona. Todo tiene sentido porque Dios camina con nosotros. Todo tiene sentido porque Dios nos regala este hermoso año jubilar, para que nos pongamos en marcha como peregrinos, peregrinos de una esperanza que no defrauda y que como un ancla nos sostendrá en medio de las tormentas de la vida".+

-> Texto completo de la homilía