Miércoles 30 de octubre de 2024

Mons. Croxatto animó a dejarse guiar por el querer de Dios

  • 13 de junio, 2024
  • Neuquén (AICA)
El obispo de Neuquén reflexionó sobre el concepto de "casa" como aquello que habla de un "espíritu común", y recordó: "Aspiramos a la casa del cielo, con los que cumplieron la voluntad de Dios".
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El obispo de Neuquén, monseñor Fernando Croxatto, centró su homilía del último domingo en "una palabra que nos puede ayudar hoy a seguir meditando, a seguir guardando en el corazón este Evangelio y es la palabra 'casa', que aparece muchas veces hoy en estos textos que escuchamos".

Y junto a la palabra casa, el prelado recuerda una pregunta que Dios le hace a Adán después del pecado original: ¿Dónde estás?

"Hoy, el tema de la casa es un tema fuerte, el tema de la vivienda es un tema que incumbe a las personas en todo el mundo, pero sobre todo acá en nuestro país, de un modo muy especial", consideró, y añadió: "Sabemos de las carencias de techo, de vivienda, todo lo que esto significa".

Pero sostuvo, asimismo, que "lo que importa en la casa no es tanto lo material, sino lo que se construye dentro de una casa, lo que se construye como familia". Refiriéndose a la casa como hogar, como aquello que habla de un espíritu común, de un sentir común, de una búsqueda entre todos, planteó: "Cuando eso no está, cuando no hay un sentir común, cuando no hay un espíritu común en esa familia, esa casa se divide. Y aunque estemos todos adentro, hay unos que están adentro y otros que están afuera".

En ese sentido, animó a preguntarse: "¿Cómo estamos adentro? Hoy, el Evangelio nos quiere hacer mirar un poco esta realidad en nuestro corazón".

Recordando que "aspiramos a la casa del cielo, esa casa donde los que están son los que han cumplido la voluntad de Dios, porque son los que se han dejado guiar por Dios", insistió: "Esa es la casa construida por Dios, la de todos aquellos que cada día se dejan guiar por el querer de Dios".

Monseñor Croxatto se detuvo luego en dos posturas "que nos sacan de la casa": por un lado, la de los escribas, "aquellos que se creen dueños de la religión, los que creen que tienen dominada la religión con sus formas, con sus maneras, con sus estilos, y no hay forma de cambiar; vivimos la fe haciendo siempre lo mismo, no dejo entrar realmente el querer de Dios en mí, no termino de descubrir a Jesús".

"La otra figura que propone el Evangelio -añadió- es la de los parientes que salieron para llevárselo, porque decían 'es un exaltado', 'está fuera de sí'; no entendían entonces todo lo que hacía Jesús: sus obras, su manera de vivir, su caminar entre su gente, los milagros."

Al respecto, advirtió: "Cuidado si ese pensamiento me impide a mí escuchar lo que Dios quiere, si yo no tengo este deseo en el corazón, este desear la voluntad de Dios cada día, si no logro tener el criterio del Padre Nuestro metido en el corazón, que dice 'que se haga tu voluntad'".

"¿Quiero llegar un día a esa casa construida por Dios o quiero seguir en la casa de los hombres?", se preguntó, y concluyó pidiendo al Señor: "Concédenos que, inspirados por Ti, pensemos lo que es recto, y guiados por Ti lo llevemos a la práctica".+