Viernes 29 de marzo de 2024

"Llamados a remar juntos", Neuquén tuvo su Semana Social

  • 1 de septiembre, 2020
  • Neuquén (AICA)
Con el lema "Llamados a remar juntos", del 24 al 28 de agosto se llevó a cabo la Semana Social en la diócesis de Neuquén.
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Organizada por la pastoral social de Neuquén, del 24 al 28 de agosto se desarrolló la tradicional Semana Social, que en esta oportunidad tuvo modalidad virtual y llevó el lema “Llamados a remar juntos”.

En la primera jornada, participaron representantes de Cáritas nacional y diocesana, que invitaron a reflexionar sobre la caridad como dimensión esencial de la fe, implícita y explícita en el mensaje de Cristo.

Se destacaron tres aspectos fundamentales para considerar: La modalidad; el llamado a la “catolicidad”; y el llamado a defender y cuidar la dignidad del ser humano. Además, recordaron la importancia de trabajar por una Cáritas diocesana en salida: atreverse a "primerear, acompañar, fructificar y festejar".

Finalmente, convocaron a trabajar en red, "con todos" para, una vez salvado lo esencial, proyectar actividades de promoción humana; y por otra parte, a pensar proyectos de economía social que surjan de la necesidad de cada lugar, como ya se están realizando con el apoyo de Cáritas Nacional y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. “Pensar una economía distinta, con proyectos individuales y colectivos para potenciar y acompañar”, animaron.

La jornada del martes estuvo guiada por los equipos nacional y diocesano de Pastoral Aborigen. Es un equipo eclesial católico al servicio de los pueblos indígenas con espíritu de una práctica ecuménica y diálogo interreligioso. Frente a un modelo económico extractivo, buscan hacer efectivos los derechos de los pueblos indígenas, animarlos y sostenerlos en la fe.

Planifican actividades con otros agentes de pastoral para fortalecer la espiritualidad, cuidar la identidad cultural, brindar asesoría jurídica y cuidar de la casa común. Durante la jornada, detallaron la actividad que realiza la pastoral, y trataron el tema de la Amazonía. En ese marco, monseñor José Ángel Macín, hizo una presentación de lo vivido en el Sínodo y sobre el contenido de los distintos documentos surgidos allí.

El miércoles 26, las actividades estuvieron a cargo de la Pastoral Carcelaria y el grupo Mujeres para Mujeres. Desde la pastoral carcelaria, señalaron que muchas personas en la Argentina han crecido en la marginalidad y la falta de oportunidades. “Llegan a delinquir por falta de educación, contención familiar y también por su propia responsabilidad. La realidad social y el sistema penal actual, a las cárceles en depósitos de personas, donde sufren más marginalidad todavía”, destacaron.

La Pastoral Carcelaria representa a toda la comunidad católica, que “frente al rechazo, el rencor y la falta de autoestima, presenta la única terapia posible: la del amor”. 

Por su parte, Mujeres para Mujeres es un equipo de trabajo en conformación para abordaje y acompañamiento, de las situaciones de violencias domésticas que viven en nuestra diócesis.

Ante la necesidad de dar respuesta a una temática que requiere de atención y cuidado, buscan trabajar en red con otras organizaciones, sin distinción de religión o ideología. Esto implica salir al encuentro de aquellas mujeres de cualquier edad, que sufren algún tipo de violencia doméstica y que, en muchos casos, ha sido naturalizada. En general se trata de violencia de género, acoso moral (en las instituciones, el trabajo, las escuelas), violencia en la pareja, en las familias y abuso y maltrato infantil.

Este equipo busca una contención concreta e inmediata, un seguimiento activo e integral y un acompañamiento espiritual sostenido, bajo la intercesión de mamá María.

El jueves 27, las actividades se centraron en el grupo Laudato si ', que toma su nombre de la encíclica papal, para darla a conocer y difundir dentro y fuera de nuestra Iglesia, ya que sus destinatarios son todos los seres humanos.

Tiene 4 ejes o capítulos: "Ver", con mirada amplia las múltiples causas de los problemas y daños realizados en la naturaleza, y que afecta en especial a los más pobres; “Juzgar”, en lo científico como la tecnociencia dispone equivocadamente de los bienes del planeta. En lo teológico, es necesario un cambio de rumbo, un nuevo proyecto común para un solo mundo; “Actuar”, en la economía y la política internacional, nacional, local y pueblos originarios al servicio del bien común. Con diálogo entre las ciencias y las religiones y con educación para una ciudadanía ecológica; y “Celebrar” la conversión y espiritualidad ecológica hacia el cuidado de la casa común.

Este grupo comenzó en 2015, con testimonio y jornadas en distintas localidades. Han realizado actividades de forestación, separación de residuos, intercambio de materiales reciclables y talleres de cuidado, difusión y reciclaje en Neuquén y Chubut.

Aportan para construir sobre los valores de la encíclica con otras organizaciones sociales y civiles. Forman redes con personas comprometidas con el bien común, sin importar el color político e ideología. Dan a conocer su tarea con iniciativas, cursos, capacitaciones y charlas virtuales sobre economía, ecología y colectores solares con materiales reciclados. Promueven la transformación de las comunidades en eco-parroquias, con un cambio de la matriz energética, la sustitución de plásticos y la separación de residuos.

En la última jornada, el obispo de Neuquén, monseñor Fernando Croxatto, brindó una ponencia titulada “¿Para qué una Pastoral Social?”. En ese marco, y tomando extractos de la exhortación Evangelii gaudium, detalló los fundamentos de una Pastoral Social: “Dios, en Cristo, no redime solamente la persona individual, sino también las relaciones sociales entre los hombres”, recordó. Por otra parte, dijo: “La aceptación del primer anuncio, que invita a dejarse amar por Dios ya amarlo con el amor que Él mismo nos comunica, provoca en la vida de la persona y en sus acciones una primera y fundamental reacción: desear, buscar y cuidar el bien de los demás ”.

El obispo destacó que “necesitamos como Iglesia 'abajarnos y ponernos al lado del otro', escucharlo sin juzgarlo, 'llevar a cabo gestos de amor donde la vida ha sido golpeada' y 'anunciarle en Jesús la Esperanza'”.

Para ello, consideró necesario el diálogo como herramienta para superar los conflictos y favorecer el encuentro; el amor, como el único capaz de transformar de modo radical las relaciones entre los seres humanos; y recordó que “la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se halla e nsu Señor y Maestro”.

Recordando las palabras del Papa, expresó: “Es esencial a nuestra fe salir y 'unidos como comunidad, actuar todos juntos, con la esperanza de generar algo diferente y mejor, desde cada lugar donde estemos”.

“Urge discernir y encontrar el pulso del Espíritu para impulsar junto a otras las dinámicas que puedan testimoniar y canalizar la vida nueva que el Señor quiere generar en este momento concreto de la historia”, advirtió.

“Este es el tiempo favorable del Señor, que nos pide no conformarnos ni contentarnos y menos justificarnos con lógicas sustitutivas o paliativas que impiden asumir el impacto y las graves consecuencias de lo que estamos viviendo”, sostuvo.

Finalmente recordó: "Cada acción individual no es una acción aislada, para bien o para mal, tiene consecuencias para los demás, porque todo está conectado en nuestra Casa Común".+