Miércoles 24 de abril de 2024

Hace 200 años fue creado el Servicio Religioso en el Ejército

  • 2 de julio, 2013
  • Buenos Aires (AICA)
El 28 de junio, en la catedral castrense, el administrador diocesano del Obispado Castrense, Mons. Pedro Candia, presidió una misa al cumplirse los 200 años de la creación, por la Asamblea del Año XIII, del Servicio Religioso en el Ejército Argentino, primer antecedente, desde el nacimiento de la Patria, de lo que luego sería el Vicariato Castrense, que se creó el 8 de julio de 1957, cuyo 56º aniversario también se celebró en esta ocasión, al igual que el 30º aniversario de la consagración de la catedralicio castrense a Nuestra Señora Stella Maris. Al comienzo de la misa, el Capellán Mayor de la Prefectura Naval, Pbro. Diego Tibaldo, leyó el Acta de consagración del templo, y al término de la Comunión, el Pbro.Oscar Naef, a cargo de la Capellanía Mayor del Ejército, leyó la Bendición Apostólica impartida por Su Santidad Francisco en ocasión de los 200 años de dicha Capellanía.
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El viernes 28 de junio, en la iglesia catedral castrense Stella Maris, el administrador diocesano del Obispado Castrense, monseñor Pedro Candia, presidió una santa misa al cumplirse los 200 años de la creación, por parte de la Asamblea del Año XIII, del Servicio Religioso en el Ejército Argentino.

Este hecho fue el primer antecedente, desde el nacimiento de la Patria, de lo que luego sería el Vicariato Castrense, que se crea luego de la firma, el 8 de julio de 1957, del Acuerdo entre la Santa Sede y la República Argentina, cuyo 56º aniversario también se celebró en esta ocasión, al igual que la conmemoración del 30º aniversario de la consagración del templo catedralicio castrense a Nuestra Señora Stella Maris.

La misa, que presidió monseñor Candia, fue concelebrada por los Capellanes Mayores de las Fuerzas Armadas y Fuerzas de Seguridad, junto con un nutrido grupo de capellanes de todas las fuerzas.

Al comienzo de la misa, el Capellán Mayor de la Prefectura Naval, presbítero Diego Julio Tibaldo, leyó el Acta de consagración del templo, y al término de la Comunión, el presbítero Oscar Ángel Naef, capellán castrense a cargo de la Capellanía Mayor del Ejército, leyó la Bendición Apostólica impartida por Su Santidad Francisco en ocasión de los 200 años de dicha Capellanía, que hizo llegar el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig.

Asistieron a la celebración miembros del Estado Mayor General del Ejército, así como también integrantes de la curia castrense y de distintas capellanías mayores. La música litúrgica estuvo a cargo del coro del Colegio Militar de la Nación acompañado por instrumentos de cuerda.

Bendición del Santo Padre
"Con motivo del 200º aniversario de la creación de la Capellanía Mayor del Ejército, inicio del Servicio Pastoral de la Iglesia Católica a las Fuerzas Armadas y de Seguridad de la República Argentina, el Santo Padre saluda con afecto al señor administrador diocesano castrense, monseñor Pedro Candia, y a los señores capellanes del Ejército, y se une a su acción de gracias al Señor de estos años de intensa y fecunda labor evangelizadora. Asimismo, los anima a intensificar su compromiso apostólico para que, siguiendo a Cristo como "discípulos y misioneros" lleven el fermento del Evangelio a todos los corazones en la familia militar. Con estos deseos, e invocando la intercesión de Nuestra Señora de la Merced, Patrona y Generala del Ejército Argentino, el Sumo Pontífice les imparte la implorada Bendición Apostólica, que extiende complacido a todos los integrantes de la Fuerza, sus familiares y demás seres queridos".

Datos históricos
La atención sacerdotal de los militares en el territorio nacional, provista por la Santa Sede, encuentra sus lejanos orígenes en el Patriarca de las Indias Occidentales en cuanto capellán mayor o vicario de los ejércitos del Reino de España, hasta el período de la independencia en 1810. Desde allí, por medio de la Vicaría General de Ejército, la Iglesia veló ininterrumpidamente por estos fieles, hasta la creación por la Santa Sede del Vicariato Castrense, establecido por el Acuerdo entre la Nación Argentina y la Santa Sede "Sobre jurisdicción castrense y asistencia religiosa a las fuerzas armadas" el 28 de junio de 1957, ratificado por el gobierno nacional el 5 de julio de 1957, y erigido oficialmente por el Sumo Pontífice el 8 de julio de ese mismo año.

El 21 de abril de 1992 se actualizó y modificó el citado Acuerdo de 1957 a la luz de los principios establecidos por el Concilio Vaticano II; en consonancia con el Acuerdo del 10 de octubre de 1966, sobre la situación jurídica de la Iglesia Católica en la Argentina; de acuerdo con el nuevo Código de Derecho Canónico promulgado el 25 de enero de 1983; y en conformidad con la Constitución Apostólica "Spirituali Militum Curae" promulgada el 21 de abril de 1986, que creó y reglamentó los Ordinariatos Castrenses y los equiparó a los Obispados.

El Ordinariato Castrense de la Argentina, que por autorización de la Santa Sede se denomina Obispado Castrense de la Argentina, tiene como misión la evangelización en el ámbito de su jurisdicción, mediante la específica y cualificada atención docente, sacramental y pastoral de los fieles que le han sido confiados.

Estos fieles son, además del clero propio y el agregado, todos los fieles militares y civiles que pertenecen al Ejército, a la Armada, a la Fuerza Aérea, a la Gendarmería Nacional y a la Prefectura Naval Argentina, y el personal de los Ministerios de los que dependen. Además, todos los miembros de sus familias, es decir, esposos e hijos, incluidos aquellos que, emancipados, vivan en la misma casa; así como los empleados domésticos que vivan en ese hogar. También están comprendidos dentro del área pastoral del Obispado Castrense los laicos o religiosos que prestan servicios en forma estable en institutos de formación y centros hospitalarios militares y los militares extranjeros presentes en el territorio nacional, durante el tiempo en el que prestan servicio.

Obispos castrenses
El primer Vicario Castrense fue el arzobispo de Córdoba y Administrador Apostólico "sede plena" de la arquidiócesis de Buenos Aires, monseñor Fermín Emilio Lafitte, nombrado por Pío XII el 8 de julio de 1957. Siendo ya arzobispo de Buenos Aires por sucesión del cardenal Santiago Luis Copello, el 8 de agosto de 1959 falleció repentinamente mientras se disponía a celebrar la Santa Misa en la Escuela Naval Militar de la base naval de Río Santiago.

El segundo fue el cardenal Antonio Caggiano, arzobispo de Buenos Aires, designado por Juan XXIII el 14 de diciembre de 1960. Renunció como arzobispo de Buenos Aires y Vicario Castrense el 22 de abril de 1975.

Tercer Vicario Castrense fue el arzobispo de Paraná, monseñor Adolfo Servando Tortólo, designado por Pablo VI el 8 de julio de 1975. Renunció por razones de salud el 30 de marzo de 1982.

El 27 de enero de 1960 Juan XXIII designó obispo titular de Bita y auxiliar del Vicariato Castrense a monseñor Victorio Manuel Bonamín SDB, quien durante los años de enfermedad de monseñor Tortólo estuvo al frente del Vicariato Castrense en calidad de Pro-Vicario Castrense. Renunció el 30 de marzo de 1982.

El cuarto Vicario Castrense fue el obispo de Jujuy, monseñor José Miguel Medina, designado por Juan Pablo II el 30 de marzo de 1982. Con la Constitución Apostólica "Spirituali Militum Curae" el Vicariato Castrense pasó a ser Ordinariato, equiparado a los obispados, con lo cual monseñor Medina se convirtió, el 30 de marzo de 1982, en el primer Obispo Castrense de la Argentina. Falleció el 7 de marzo de 1990.

El segundo Obispo Castrense fue monseñor Norberto Eugenio Martina OFM, designado por Juan Pablo II el 8 de noviembre de 1990. Falleció el 28 de agosto de 2001.

Durante los 15 meses (agosto de 2001 a diciembre de 2002) que permaneció vacante la sede episcopal castrense, fue regida pastoralmente por el cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, en carácter de Administrador Apostólico designado por Juan Pablo II.

El tercer obispo castrense fue monseñor Antonio Juan Baseotto C.SS.R., a quien el Papa Juan Pablo II, el 8 de noviembre de 2002, lo trasladó de la diócesis de Añatuya. Tomó posesión el 18 de diciembre de 2002. Renunció por edad el 15 de mayo de 2007.

Desde esa fecha, debido a impedimentos que opone el gobierno nacional, el obispado castrense permanece vacante. Hasta que el Papa designe nuevo obispo, está al frente del obispado castrense en carácter de administrador diocesano el reverendo monseñor Pedro Candia.+