Lunes 9 de septiembre de 2024

Francisco: 'En la Última Cena Jesús ofrece, da gracias y comparte'

  • 28 de julio, 2024
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Durante el Ángelus, el Papa señaló que esas tres acciones se realizan en la Eucaristía y reflexionó sobre el milagro de los panes y los peces, al que definió también como "signo" eucarístico.
Doná a AICA.org

Durante el rezo del Ángelus dominical, el Papa Francisco reflexionó sobre el milagro de los panes y los peces, al que definió como "un signo", cuyos protagonistas realizan tres gestos que Jesús repetirá en la Última Cena: "Ofrecer, dar gracias y compartir". 

"Son acciones que también realizamos en la celebración de la Eucaristía", recordó el pontífice desde el balcón del Palacio Pontificio y ante los miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro.

"El Evangelio habla de un muchacho que tiene cinco panes y dos peces. Es el gesto con el que reconocemos que tenemos algo bueno que dar, y decimos nuestro 'sí', incluso si lo que tenemos es demasiado poco con respecto a lo que se necesita", explicó.

El Papa destacó que, "en la misa, esto se subraya cuando el sacerdote ofrece sobre el altar el pan y el vino, y cada uno se ofrece a sí mismo, su propia vida".

"Es un gesto que puede parecer poca cosa si pensamos en las inmensas necesidades de la humanidad, al igual que los cinco panes y los dos peces ante una multitud de miles de personas; pero Dios hace de ello la materia para el milagro más grande que existe: aquel en el que Él mismo se hace presente entre nosotros, para la salvación del mundo", profundizó.

Dar gracias y compartir
"Esto es, decir al Señor con humildad, pero también con alegría: 'Todo lo que tengo es don tuyo y, para agradecértelo, solamente puedo devolverte lo que Tú me has dado primero, junto con tu Hijo Jesús, añadiendo lo que puedo: mi pobre amor'. Es el momento de la bendición, en el que alabamos a Dios por su bondad, mientras Él santifica, consagra y multiplica 'las dos moneditas' de nuestros frágiles esfuerzos", señaló.

"En la misa, es la comunión, cuando juntos nos acercamos al altar para recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo: fruto del don de todos, transformado por el Señor en alimento para todos. Es un momento muy hermoso, que nos enseña a vivir cada gesto de amor como un don de la gracia, tanto para quien da como para quien recibe: una ocasión para crecer juntos como hermanos, cada vez más unidos en la caridad", puntualizó.

Tras reflexionar sobre los tres gestos, el Papa planteó estas preguntas para profundizar: "¿Creo verdaderamente, por gracia de Dios, que tengo algo único que donar a los hermanos, o me siento anónimo, 'uno entre muchos'? ¿Agradezco al Señor los dones con los que continuamente me manifiesta su amor? ¿Vivo el compartir con los demás como un momento de encuentro y enriquecimiento recíproco?".

Al finalizar la oración mariana, Francisco deseó que "la Virgen María nos ayude a vivir con fe cada celebración eucarística, y a reconocer y gustar todos los días los 'milagros' de la gracia de Dios".+